Enseñanza Religiosa Escolar

Programa de Enseñanza Religiosa Escolar Lasallista


Presentación

"El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada".
Papa Francisco

Este blog incluye saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales que abarca el Programa de Educación Religiosa Escolar para el grado de Quinto Bachillerato.

Ha sido un esfuerzo de compilación como parte de los lineamientos pedagógicos de innovación que realiza el Colegio De la Salle para responder a los retos actuales a la educación en tiempos de pandemia y pos pandemia.

Debido a las secuelas escolares de la crisis sanitaria y la gran urgencia de fortalecer la formación humana y cristiana bajo la Espiritualidad Lasallista a estas nuevas generaciones se intenta responder de forma fundamentada y creativa según los perfiles preparados para tal fin.

Se comprende dentro de este módulo una formación integral desde las bases Bíblicas de la fe, insistiendo tanto en contenidos como en la metodología en la vivencia de lo religioso en las líneas del ecumenismo, la nuevas corrientes teológicas y eclesiológicas que buscan mentalidades y experiencias de más apertura al mundo para transformarlo según la escala de valores del Evangelio de Jesús.

Se respeta además el itinerario formativo que lleva el estudiantado según su experiencia de fe desde el núcleo familiar, su relación con el mundo posmoderno, el compromiso eclesial que ha vivido y su vocación propia.

Este camino formativo que se le ofrece al estudiante lasallista involucra su imagen de Dios, la toma de conciencia paulatina que un cristiano o cristiana desarrolla conforme profundiza en so compromiso con el evangelio de Jesús.

Con claridad se busca que al final del programa existan los criterios de análisis y también de práctica cristiana para posicionarse ante los temas sociales que deshumanizan al ser humano de tal forma que su seguimiento de Jesús le hace poseer un corazón cercano, solidario y comprometido como agente de cambio.

La dimensión Lasallista insoslayable durante todo el programa enriquece con la axiología de esta obra para sentirnos hijos e hijas de San Juan Bautista De La Salle y su respuesta creativa en el mundo de la educación.
Profesor Carlos E. Diaz

I Unidad

Saberes
Unidad 1

Tema 1: ADN Lasallista
Nuestro corazón está en las periferias
1.1 Nuestra mirada desde el corazón: ¿Hacía dónde vemos?
1.2 Fundamento bíblico: Lc. 10,29 ¿Y quién es mi prójimo?
1.3 ¿Qué son las periferias para nuestras identidad lasallista?
1.4 ¿Qué caminos podríamos transitar? ¿Cómo empezar a habitar las periferias?
1.4.1 El compromiso con la Justicia
1.4.2 Construir la Paz
1.4.3 Ecología integral
Tema 2. Del fetiche de Dios al Dios de Jesús
2.1 Conocimientos previos: los fetiches de Dios
2.2 El Dios de Jesús 
2.3 La experiencia de Dios por medio de Jesús

Tema 3. El rostro misericordioso de Dios
3.1 Lectura 
3.2 Resumen

Tema 4. Desafíos para la fe en la sociedad actual
4.1 Realidad de la fe
4.2 Los signos de los tiempos
4.3 Nuevos rostros de la Iglesia de Jesús

Tema 5.  Ética cristiana de los deberes y derechos humanos
5.1 Diferencia entre Moral y ética cristiana.
5.2 Diversidad Moral
5.3 Peligros modernos para la moral cristiana
5.4 Ética de Jesús

Tema 6. El Pluralismo Religioso
6.1 Las Religiones en el Mundo
6.2 La Iglesia de Jesús carácter universal
6.3 Ecumenismo
6.4 Diálogo interreligioso


Tema 1: ADN Lasallista

  Contexto

¿Habías escuchado sobre las periferias?

¿Sientes que desde tu fe te motiva a buscar a quienes más intensamente sufren?

¿Has realizado una experiencia personal de contacto con periferias?




 


     Texto

Tema 1: ADN Lasallista
Nuestro corazón está en las periferias
1.1 Nuestra mirada desde el corazón: ¿Hacía dónde vemos?

Cuando hablamos de las periferias podríamos caer en la tentación de la representación gráfica y solo representarnos lugares alejados, fuera del alcance de los beneficios de las concentraciones humanas que tienen provistas sus necesidades de salud, trabajo, educación, recreación, servicios públicos, transporte, etcétera, e incluso, imaginar lugares remotos que suelen estar lejos de poder cubrir necesidades elementales.

Ciertamente esas son periferias, algunas de ellas muy dramáticas; pero hay otras situaciones que provocan nuevas periferias dentro de esos mismos conglomerados, que no son menos dramáticas. Por ejemplo, las causadas por la violencia de la guerra, el narcotráfico, la trata de personas, y la profunda inequidad en el reparto de bienes. Basta pensar en las ciudades de muchas partes del mundo que asisten al doloroso espectáculo de niños, niñas, adolescentes y jóvenes que viven en sus calles, muchas veces invisibilidades, como una realidad naturalizada.

También son periferias aquellas situaciones humanas de migraciones, en pequeñas embarcaciones, en camiones de carga y en trenes, que en la marcha van perdiendo derechos, identidad, y todo tipo de certezas. Los migrantes están hoy en todas las partes del mundo en un movimiento permanente, estafados con promesas falsas, usados como mercancía, arriesgando todo por una pequeña esperanza vital en medio de signos de la muerte que se ciernen alrededor de ellos.

También son periferias las situaciones que viven los pueblos originarios postergados por las organizaciones políticas de los países modernos, con repartos de tierra que nada tiene que ver con el sustento posible de poblaciones enteras y, trasladados compulsivamente a las ciudades, donde se encuentran desprovistos de toda clase de medios para la subsistencia.

Sin embargo, estas no son las únicas periferias si nos animamos a reconocer que lo que pone al “otro” fuera del alcance de nuestra mirada lo marginaliza y lo convierte en extraño. 
Igualmente sucede cuando nos centramos en las diferencias: nos atemorizan cuando, aun sin quererlo, nos sentimos amenazados por su presencia o, simplemente, no estamos dispuestos a caminar un momento en sus zapatos. Las periferias, de este modo, pueden estar a nuestro lado. 

Jesús en  el Evangelio nos revela en la parábola del Samaritano la actitud de quien se comporta como verdadero prójimo: es aquel que abandona su camino, va al encuentro del que está caído, cuida de su vida, proporciona los medios para asistirlo en su desafortunada situación, y se hace cargo de él. Este es el sentido de la invitación del papa Francisco a vivir una Iglesia servidora de los pobres, en salida. 
Reflexión Lasallista No.10

1.2  Fundamento bíblico: Lc. 10,29  ¿Y quién es mi prójimo? 
Desde el 46o. Capítulo General a nivel Mundial, las Obras Lasallistas se han preguntado ¿Quién es nuestro prójimo? Sin perder de vista que dicha mirada la realizó primero Nuestro Santo Fundador, cuando viendo las necesidades de los hijos de los artesanos y de los pobres, respondió desde su fe y compromiso.

Esa misma pregunta es uno de los puntos centrales del Evangelio de Jesús, por ello, el texto de Lc. 10, 29 es fundamental. Recordando que el Joven rico cuando conversa con Jesús y le pregunta sobre quién es su prójimo, Jesús responde con la parábola del Buen Samaritano. 

Estudiemos el texto: Lc. 10, 25-37
Un maestro de la Ley, que quería ponerlo a prueba, se levantó y le dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?»
Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?»
El hombre contestó: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
Jesús le dijo: «¡Excelente respuesta! Haz eso y vivirás.»
El otro, que quería justificar su pregunta, replicó: «¿Y quién es mi prójimo?»
Jesús empezó a decir: «Bajaba un hombre por el camino de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos bandidos, que lo despojaron hasta de sus ropas, lo golpearon y se marcharon dejándolo medio muerto.
Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote; lo vió, tomó el otro lado y siguió.
Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado y pasó de largo.
Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él.
Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que él traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo.
Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole: «Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.»
Jesús entonces le preguntó: «Según tu parecer, ¿cuál de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?»
El maestro de la Ley contestó: «El que se mostró compasivo con él.» Y Jesús le dijo: «Vete y haz tú lo mismo.»

1.3  ¿Qué son las periferias para nuestras identidad lasallista?
Discernir desde las periferias es haber puesto allí la memoria de nuestro humilde origen: un pequeño grupo de hombres que inspirados por Dios se dejaron impresionar y pusieron de sí todo lo que tenían; el ‘resto’ lo puso Dios en su Providencia. Tener nuestro corazón en las periferias es discernir nuestros proyectos educativos y pastorales, optando por los preferidos de Dios. Desde allí, animarnos a crear respuestas nuevas, sacudirnos las ataduras y liberarnos de los formatos establecidos; saltarnos los prejuicios, para dar las respuestas educativas que necesitan tantos niños, niñas, adolescentes y jóvenes que peregrinan diariamente en las periferias.


1.4 ¿Qué caminos podríamos transitar? ¿Cómo empezar a habitar las periferias?

La justicia, la paz y la ecología integral se nos proponen como referentes e inspiradores para este camino: nos permiten vislumbrar las márgenes donde anclaremos nuestras tiendas. De hecho, son los caminos que nos llevan a entender, tocar, transformar, dejarnos cuestionar, avanzar hacia las periferias que son geográficas, existenciales, sociales, políticas, educativas, raciales, de género y, no pocas veces, hay periferias donde todas estas categorías se concentran y amalgaman generando realidades que rompen el alma y claman justicia y presencias, entre ellas, la nuestra: la lasallista.  En este contexto podremos entender el llamado fraterno y angustiante del Capítulo  General a la “conversión ecológica integral” en el “camino de la disponibilidad radical a Dios”14 con “audacia profética”.

1.4.1 El compromiso con la Justicia
Significa tomar medidas para garantizar que las personas sean tratadas de manera justa y que se protejan sus derechos legales, y exigir responsabilidades a las personas, las instituciones o la sociedad por cualquier acto indebido.

1.4.2 Construir la Paz
Cuando comenzamos a usar las palabras antes que el conflicto, cuando escuchamos en un ambiente de amabilidad confianza y aprendemos a manejar los conflictos para concluirlos de forma transparente, sosegada y en paz.

1.4.3 Ecología integral
La ecología integral es un concepto derivado de la observación de la interconexión entre el mundo natural y nosotros.  

Esa interdependencia afecta a todos los aspectos de nuestra vida, desde los políticos y económicos hasta los culturales, sociales y teológicos.

   Pretexto

Actividad 1  

Mapa de periferias. 

Elabora el mapa de tu localidad e identifica dónde hay áreas que te podrían dar oportunidades

para servir a población que vive situaciones de extrema necesidad emocional, económica, social.

Actividad 2  

Parábolas sobre el prójimo.

Parábola

Mensaje

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Actividad 3

Grupos de reflexión

En grupos de 5 personas, elaboren un listado de acciones comunitarias, lasallistas, fraternas

que podemos desarrollar como campañas de ayuda a zonas periféricas.

Acción

Descripción

1.

 

2.

 

3.

 

4.

 

5.

 

 

 



    Práxis

Únete a las actividades pastorales con ocasión de la promoción de nuestro lema institucional y escribe una página de descripción de tu compromiso práctico con la Misión Lasallista en tu obra.



Tema 2: Del fetiche de Dios al Dios de Jesús


    Contexto

Marca con una X en el cuadro donde identifiques alguna imagen de Dios que tienes o has tenido:

⬜El dios perfeccionista –con minúscula porque pobre es su realidad-, un dios que quiere y provoca el perfeccionismo y por tanto se vuelve implacable con quienes no llegan a la perfección.

El dios sádico –también en minúscula porque su presencia nos aplasta-, un dios que nos exige cosas que cuesten, cosas que sangren, cosas que duelan, que nos hace sentir, creer y decir, por principio, “mientras más difícil sea, ¡más signo es de dios!”.

El dios negociante, exitoso –siempre en minúscula-, un fetiche que exige obras, que exige cultivar la imagen, que es alguien que puede comerciarse. Por eso la relación con ese dios se torna mercantilista: “te hago para que me des”...

El dios personalista e intimista –continuamos con minúscula- un fetiche hecho a nuestra pobre medida. Es el dios de mi propiedad, a quien manejo: lo hago a “mi imagen y semejanza”, para mí; es un dios exclusivo porque es de mi propiedad.

El dios manipulable, abarcable -en minúscula porque es muy pequeño-un dios a quien  se  le  puede  manipular  con  ciertos  ritos,  oraciones  o  conocimientos esotéricos, a quien se le conoce en los libros, en el saber, en el entender lógico.

El dios juez implacable –en minúscula por su mezquindad- un dios que está listo para juzgarnos y castigarnos, sobre todo, en lo que respecta a nuestro cuerpo y nuestra sexualidad.

El dios hedonista –por supuesto en minúscula- un dios del puro placer, un dios facilitón. El dios del niño, que es imagen de sus proyecciones y de sus miedos.  El dios de la sola resurrección, que no pasa por la muerte, que no quiere ver el sufrimiento, que no asume las consecuencias del compromiso.

El dios todopoderoso –sin variar, en minúscula- un dios que se confunde con el poder, que se coloca en la prepotencia y que entonces nos arma los mayores embrollos: no podemos explicarnos ni entender, ni aceptar el mal ni el dolor frente a ese fetiche, haciéndolo responsable de las consecuencias del mal en el mundo, y de las consecuencias de la acción libre del ser humano en contra de sí mismo.

El dios de la falsa conciliación y de la falsa paz. –En minúscula por su cobardía- un dios de una paz, por ejemplo, sin justicia. Un dios que no exige la radicalidad del compromiso, sino el “bienestar” sin conflicto.

Para meditación y reflexión personal… respuesta libre.

¿Cuál es el fetiche que pertenece más a mi propia realidad? ¿Cuáles me han sido impuestos? ¿Cuáles practico?

Cabarrús, C. (2014)


Video explicación para profundizar: 9 Fetiches


        Texto

El presente contenido está lejos de ser únicamente doctrinal desconectado de la Sagrada Escritura. En muchas ocasiones suele darse formación a la persona en su fe pero basándose solo en la doctrina, desconectado de la realidad, de las ciencias actuales como la psicología o la misma antropología sociológica o política, definitivamente la fe no puede desconectarse de la vida, no puede quedarse en ideas en el cielo. Hay que partir de la persona, por ello este contenido que ha trabajado el Sacerdote jesuita Carlos Cabarrús y todo su equipo de espiritualidad es muy importante para pulir la imagen de Dios según lo que nos reveló Jesús.

El Dios de Jesús

El Dios de Jesús es el Dios de la alegre misericordia como lo encontramos en el Hijo Pródigo (Lc. 15, 11 –22); EL Dios que celebra el perdón con la fiesta; el Dios que le interesa nuestro corazón y no nuestras acciones, el Dios que no nos pide la perfección sino la apertura a su modo diferente.

        El Dios de Jesús es el Dios del amor incondicional que nos quiere por lo que somos y no por lo que hacemos; el Dios que nos busca más, precisamente cuando hemos sido más alejados(as) de lo que nosotros(as) hemos captado como “su camino”. El Dios que nos ha querido cuando aún éramos pecadores(as) (Rm. 5,8) y nos ama y nos prefiere justo por ello (Mc. 2, 16 – 17).

        El Dios de Jesús es el Dios de la gratuidad. Es la palabra que quizás, lo representa más. Todo en Él es gratuito. No se le compra con nada, no se nos vende por nada. Todo en Él, todo Él, es regalo (Mc. 10, 45).

        El Dios de Jesús es el Dios del Reino, es decir, de un proyecto histórico suyo para con la humanidad; proyecto que implica la paz, la justicia, la concordia, la solidaridad, la igualdad, el respeto entre todas las personas y el equilibrio con el universo. Es un proyecto que comienza ahora y termina en Dios también. Es el Dios que se encarna en cada uno(a) pero sigue siendo radicalmente Otro (Mt. 25, 31 – 46).

        El Dios de Jesús es el Dios que se experimenta, es decir, se le conoce y se le comprende desde la experiencia y el encuentro con Jesús, y no desde el conocimiento (Jn. 14, 8 – 9). No hay pasos ni gradaciones en su comprensión. La clave exegética para estar en su sombra es el reconocimiento de nuestra condición de limitados y de pecadores, de pobres y de necesitados. Esta es la condición de su experiencia (Mt. 11, 25).

        El Dios de Jesús es el Dios de la libertad (Gal. 5,5) y la confianza, que apuesta por nuestra libertad y nos insta a ser libres (Jn. 8, 31 – 36). Nos pone el amor como único criterio normativo. Es un Dios que pone el amor sobre la ley, la misericordia sobre la justicia. Es un Dios que nos invita a soltarnos y dejarnos llevar por Él (Mt. 6, 24 – 34).

        El Dios de Jesús es el Dios Pascual, nos enseña algo radicalmente nuevo: que si el grano de trigo no muere no da fruto (Jn. 12, 23 – 24). Da sentido al saber entregarse hasta el fondo: la muerte que genera vida (Jn. 12, 25 – 26).

        El Dios de Jesús es el Dios encarnado, “en-tierrado” el que escoge lo débil, lo pobre, lo pequeño como primer canal de revelación: la encarnación antes que cualquier otra formulación teofánica (Jn. 1, 14).

        El Dios de Jesús es el Dios de la esperanza, es quien provoca en nosotros la capacidad de creer y de esperar, que hace posible que colaboremos en la movilización de la historia...

Cabarrús, C. (2014)


CIEC. (2023) Características de Dios en Jesús. Recuperado en:

https://ciec.edu.co/ciec-new/infografia/136-3-caracteristicas-de-dios-en-jesus/ 


      Pretexto 

Actividad 1  

Identifica qué tipos o maneras de ser podemos tener según nuestra imagen de Dios.

Martínez, E. (2018) Los fetiches de Dios. Obtenido en: https://www.youtube.com/watch?v=PIQOXrwLs2s&ab_channel=EdwinEstuardoMart%C3%ADnez

 

Actividad 2  

Círculos de crecimiento personal.

Reúnete en grupos de 5 personas para compartir:

1.        ¿Qué pienso del tema Fetiches de Dios?

2.       ¿Qué imagen de Dios me he formado?

3.       ¿He tenido una experiencia  seria y fuerte de Dios?



    Praxis 

Redacción de mi Decálogo: “El Dios en quien yo Creo”.

Usando los conocimientos del texto y la información del pretexto, elabora un decálogo donde aparezcan los 10 puntos clave del Dios en quien crees. Puedes utilizar la metodología de acróstico. Sigue las indicaciones del profesor para la entrega de tarea de forma virtual.



Tema 3: El rostro misericordioso de Dios.



    Contexto


Lectura de imagen:

Analizando la siguiente pintura de Rembrandt responde las siguientes preguntas:

1. ¿Qué relación encuentro entre el texto de Lc. 15, 11-32?

2. ¿Qué personajes se ilustran en la pintura?

3. ¿Cuál es la actitud de cada personaje?

4. ¿Qué sensación o experiencia me causa ver esta escena?

Recurso de apoyo para el análisis.

Ejoven. (Enero, 2023) Análisis del cuadro. Recuperado  en: http://www.ejoven.net/dentro/recursos/barroco/archiv/analisis.htm



        Texto

3.1 Lectura interesante:

No basta ser bueno; hay que ser misericordioso

La ley áurea, presente en todas las religiones y caminos espirituales es: “ama al prójimo como a ti mismo”, o dicho de otra manera: “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.

El Cristianismo incorpora esa ética mínima y así se inscribe dentro de esta tradición ancestral. Sin embargo, él borra todos los límites del amor para que sea realmente universal e incondicional. Afirma: “amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, pues Él hace nacer el sol para buenos y malos, y llover sobre justos e injustos. Si amáis a quien os ama, ¿qué mérito tenéis? ¿No hacen también eso los cobradores de impuestos? Si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hay de extraordinario en eso? ¿No hacen eso también los paganos? (Mt 5,44-47).

Es muy instructiva la versión que san Lucas da en su evangelio: ”Amad a vuestros enemigos. Así seréis hijos e hijas del Altísimo que es bondadoso con los ingratos y malos; sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso”(6,35-36).Esta afirmación es profundamente consoladora. ¿Quién no se siente a veces “ingrato y malo”? Entonces nos confortan estas alentadoras palabras: el Padre es bondadoso, a pesar de nuestras maldades. Y así aliviamos el fardo de nuestra conciencia que nos persigue por dondequiera que vamos.

Aquí resuenan las consoladoras palabras de la primera epístola de San Juan: “si nuestro corazón nos acusa, sabe que Dios es mayor que tu corazón” (1Jn 3,20). Estas palabras deberían ser susurradas al oído de todo moribundo con fe.

Tanta comprensión divina nos remite a las palabras de uno de los más alentadores salmos de la Biblia, el salmo 103: “El Señor es rico en misericordia. No está siempre acusando ni guarda rencor para siempre. Cuanto se elevan los cielos sobre la tierra, tanto prevalece su misericordia. Como un padre siente compasión por sus hijos e hijas, así el Señor se compadece de los que lo aman, porque conoce nuestra naturaleza y sabe que somos polvo (9-14).

Una de las características del Dios bíblico es su misericordia, porque sabe que somos frágiles y fugaces “como las flores del campo; basta un soplo de viento y dejamos de existir” (103,15). Así y todo nunca deja de amarnos como hijas e hijos queridos y de compadecerse de nuestras debilidades morales.

Una de las cualidades fundamentales de la imagen de Dios que el Maestro nos comunicó fue exactamente su misericordia ilimitada. Para él no basta ser bueno. Hay que ser misericordioso.

La parábola del hijo pródigo (Lc 15,11-32) lo ilustra con rara ternura humana. El hijo se marchó de casa, malbarató toda su herencia en una vida disoluta y, de repente, añorando, resolvió volver a casa. El padre estuvo largo tiempo esperando que volviese mirando hacia la vuelta del camino para ver si aparecía. Y he aquí que “de lejos”, como dice el texto, “el padre vio a su hijo y, conmovido, corrió a su encuentro y le abrazó llenándole de besos” (Lc 15,20).

Es el supremo amor que se hace misericordia. No le reprocha nada. Basta con que haya vuelto a la casa paterna. Y, lleno de alegría, le preparó una gran fiesta, “porque estaba muerto y volvió a la vida, estaba perdido y fue encontrado” (Lc 15,32).

Ese padre misericordioso representa al Padre celestial que ama a los ingratos y malos. Acogió con infinita misericordia al hijo que se había perdido en la vida. El único hijo que es criticado es el hijo bueno. Sirvió al padre en todo, trabajó, observó todos los mandamientos. Era bueno, muy bueno, más para Jesús no bastaba ser bueno. Tenía que ser misericordioso. Y no lo fue. Por eso es el único que recibe una reprimenda por no comprender al hermano que regresaba.

Pero es importante destacar un punto que muestra lo singular del mensaje del Nazareno. Él quiere ir más allá del simplemente amar al prójimo como nos amamos a nosotros mismos.

¿Quién es el prójimo para Jesús? No es mi amigo, el que está cerca de mí, a mi lado. Prójimo para Jesús es todo aquel a quien yo me aproximo. Poco importa su origen o su condición moral. Basta que sea un ser humano.

La parábola del buen samaritano es emblemática (Lc 10,30-37). A la vera del camino yace un infeliz, medio muerto, víctima de un asalto. Pasa un sacerdote, tal vez va atrasado para su servicio en el templo; pasa también un levita, apresurado en la preparación del altar. Ambos lo vieron y “pasaron de largo”. Pasa un samaritano, un hereje para los judíos; “se preocupa de él y tiene misericordia de él”, le cura las heridas, lo lleva a la posada y deja todo pagado antes de marchar, más lo que pueda necesitar.

“¿Quién de los tres fue el prójimo?” pregunta el Maestro. El hereje que se acercó a la víctima de los asaltantes. El amor no discrimina, cada ser humano es digno de amor y de misericordia. Seguramente el sacerdote y el levita eran gente buena, pero les faltaba lo principal: la compasión, el corazón que se conmueve delante del dolor del otro.

3.2 Resumiendo

Cuando Jesús manda amar al prójimo, significa amar a ese desconocido y discriminado; implica amar a los invisibles, a los ceros sociales, a aquellos a quien nadie mira y pasan de largo, amar a aquellos que en el momento supremo de la historia, cuando todo sea sacado a la luz él los llama “mis hermanos más pequeños”. “Cuando amaste a uno de esos, fue a mí a quien lo hiciste” (Mt 25,40).Es amor que todas las tradiciones predican y practican, tiene un “más”. Va al encuentro del otro más otro y se queda con él. San Francisco de Asís no entendió bien y lo expresa en su famosa oración por la paz: “que yo consuele más que ser consolado, que no yo comprenda más que ser comprendido y que yo ame más que ser amado. En ese “más” se encuentra la originalidad del amor de Jesús, de los cristianos que se ponen en su seguimiento.

La crisis mundial está mostrando, especialmente en las periferias, junto a los criticados miembros del Movimiento de los Sin Tierra y de los Sin Techo y de otros, que el mensaje de amor misericordioso vivido por el Hijo del Hombre no se ha apagado, que está vivo y encendido todavía.

Boff, Leonardo. (1972) Jesucristo, el liberador. Sal Terrae. https://leonardoboff.org/2021/05/06/no-basta-ser-bueno-hay-que-sermisericordioso/



      Pretexto 



Actividad 1

Ejercicio de llenar espacios vacíos.


Actividad 2

Realiza el crucigrama en el siguiente recurso:

http://www.ejoven.net/dentro/recursos/barroco/archiv/cruci_hp.htm

 

Actividad 3

Oración de la Misericordia.

Dirígete a la Capilla con tu docente del ERE y tu grupo de estudio para vivir un momento de oración sincera y fraterna.

Jesús es el rostro de la Misericordia y el amor del Padre. A través de los Evangelios, Jesús enseña que los caminos de Dios para con los pecadores y los “perdidos” son distintos de los duros caminos de los fariseos y otros líderes de su tiempo. Los actos de compasión de Jesús y sus enseñanzas sobre la misericordia del Padre son el “corazón palpitante del Evangelio”.1 Al comienzo del capítulo quince del Evangelio de San Lucas, el evangelista escribe que los fariseos se quejan de que Jesús es amigo de pecadores y come con ellos. Jesús responde a sus quejas contando tres historias – las parábolas de la oveja perdida, la moneda extraviada y luego la del hijo perdido (o pródigo). Cuando se encuentra lo que estaba perdido, Jesús nos dice que Dios y todos en los cielos se alegran.

 

Obras corporales de misericordia

·         Dar de comer al hambriento

·         Dar de beber al sediento

·         Dar posada al peregrino

·         Vestir al desnudo

·         Cuidar del enfermo

·         Visitar a los encarcelados

·         Enterrar a los muertos

 

Obras espirituales de misericordia

·         Amonestar al pecador (corregir a los que necesitan corrección)

·         Enseñar al que no sabe (enseñar la fe a los demás)

·         Dar consejo al que duda (dar consejo al que lo necesite)

·         Consolar al triste (dar consuelo al que sufre)

·         Soportar la injusticia con paciencia (ser paciente con los demás)

·         Perdonar toda injuria (perdonar a los que te hacen daño)

·         Rogar por los vivos y los muertos (rezar por cualquiera que necesite

·         nuestras oraciones)


Oramos juntos:

Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,

y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.

Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero;

a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una creatura;

hizo llorar a Pedro luego de la traición,

y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.

Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana:

¡Si conocieras el don de Dios!

Tú eres el rostro visible del Padre invisible,

del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia:

haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso.

Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad

para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error:

haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción

para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor

y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres

proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos

y restituir la vista a los ciegos.

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,

a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.


    Praxis 

Elabora una campaña para difundir la misericordia de Dios en tu hogar, entre la juventud  y/o círculos donde te desenvuelves. Sigue las instrucciones el Classroom para tal actividad. 

Algunas ideas para tu campaña:

·         Playlist de canciones sobre la misericordia.

·         Afiches o Slider digitales sobre la imagen Misericordiosa de Dios.

·         Audios de mensaje.

·         Imágenes para redes sociales.

Debes usar al menos 3 de estos ejemplos u otros de tu imaginación y subirlos al espacio en Classroom.


Tema 4: Desafíos para la fe en la sociedad actual


    Contexto

Realiza un conversatorio con tus compañeros cercanos sobre estos términos:

·         ¿Qué es el posmodernismo?

·         ¿Qué características tiene la sociedad actual?

·         ¿Cómo es el presente para la fe?

·         ¿Qué futuro tiene la fe?



        Texto

4.1 Realidad de la fe

Explicación por una creyente en relación a la posmodernidad y la fe.

Rioja, Silvia. (2020) El mundo posmoderno y su influencia en los cristianos. YouTube.

https://www.youtube.com/watch?v=TMKXg61YTjs&ab_channel=SilviaDelindaRiojaQuispe

4.2 Los signos de los tiempos

Se denominan signos de los tiempos todos los acontecimientos históricos que logran crear un consenso universal y que permiten la comprensión de las etapas fundamentales de la historia de la humanidad.

La expresión "signos de los tiempos» aparece por primera vez en Mt 16,4 (Lc 12,54-56), donde Jesús invita a la perspicacia y a la atención constante al Reino de Dios. En nuestros días, la fortuna de esta expresión se debe al papa Juan XXIII, que, con fuerza profética, volvió a proponer su significado original, En el documento de convocatoria del concilio Vaticano II, el papa afirmaba: " Haciendo nuestra la recomendación de Jesús de saber distinguir los signos de los tiempos, creemos descubrir, en medio de tantas tinieblas, numerosas señales que nos infunden esperanza sobre el destino de la Iglesia y de la humanidad». A partir de este documento, otros pontífices han recurrido con frecuencia a esta expresión, codificada por el Vaticano II sobre todo en el documento Gaudium et spes (nn. 4, 11, 44).

Con los signos de los tiempos, la Iglesia expresa ante todo el cambio en sus relaciones con el mundo: ella no quiere compartir el anuncio de los diversos profetas de desventuras, sino que, basándose en el Evangelio y en la resurrección, anuncia en la historia la presencia de verdaderos signos positivos que pueden ser catalizadores de cambio para todos.

Sin embargo, los signos de los tiempos requieren una lectura competente y precisa, ya que marcan las etapas de la humanidad. Con esta intención, la Iglesia pide ayuda a los hombres de su tiempo, creyentes y no creyentes, para que le hagan comprender las verdaderas esperanzas y expectativas de la humanidad. Además, a través de los signos de los tiempos es más fácil tener una visión mejor de la historia y del hombre: en efecto, esos signos indican que en cada uno de los hombres existen gérmenes de vida que mueven hacia un cambio positivo y tienden hacia un fin común. Con los signos de los tiempos, sobre todo, la Iglesia está llamada a desarrollar plenamente su actividad profética. Leyendo los signos, ella se compromete ya que, en todo caso, está llamada a recordar el juicio de Dios sobre estos acontecimientos.

De esta manera, es capaz de corresponder a la tensión escatológica que la hace presente en la historia, pero siempre en camino hacia el cumplimiento.

La Iglesia, por consiguiente, está llamada a "escrutar» los signos de los tiempos: esto le permite situarse en el mundo con la atención de quien sabe anticipar el futuro, pero velando siempre sobre el presente. No se puede concebir que el fenómeno de los signos de los tiempos corresponda solamente a una "lectura» de los mismos después de que se hayan realizado. Los cristianos, en virtud de su vigilancia, tienen la tarea de crear nuevos signos, para que se haga cada vez más evidente la victoria del bien sobre el mal, La capacidad de crear signos nuevos será sin duda un testimonio de la responsabilidad que la comunidad cristiana sabe que tiene respecto al mundo, si ella es realmente "experta en humanidad».

No debería caerse en la inflación en el uso de la expresión " signos de los tiempos». Debe utilizarse sólo para acontecimientos positivos, no negativos, y para hechos que constituyan realmente historia.

De todas formas, siempre que se ponen los signos, éstos necesitan un real discernimiento para verificar si son verdaderamente "signos para nuestro tiempo». El discernimiento debería llevarse a cabo recordando que estos signos afectan a todos los hombres, creyentes y no creyentes. Si para estos últimos los signos deberán significar la consecución progresiva de la justicia y de la dignidad de la persona, para los primeros tendrán que expresar la presencia de la implicación de Dios en nuestra historia a fin de conducirla a su plenitud.

Fisichella, R. (2022) Signos de los tiempos. Mercaba.org Recuperado en:

https://www.mercaba.org/VocTEO/S/signos_de_los_tiempos.htm

4.3 Nuevos rostros de la Iglesia de Jesús

A menudo la Iglesia avanza a trompicones. Después de una cierta revolución o una puesta al día (aggiornamento) en su relación con el mundo hay un paréntesis de consolidación que puede durar años, décadas o siglos, e incluso puede producirse una cierta regresión. Mientras, el mundo sigue evolucionando, y vuelve a producirse una falta de adecuación de la Iglesia con el mundo, lo cual le obliga a hacer otra revolución.

Es cierto que una reforma siempre es necesaria, incluso urgente, cuando está en juego el que las personas puedan encontrar fundamentos que sostengan su fe, una situación en la que nos encontramos hoy.

Si queremos cambiar el rostro de la Iglesia es preciso cambiar su mirada, puesto que lo más importante del rostro es la manera de mirar, y también de escuchar y de gustar del mundo que se le presenta. La mirada renovada no puede ser otra que la de Jesús, puesto que es a través de Jesús que Dios mira y siente el mundo; un Jesús que no mira desde cualquier sitio o desde un lugar neutro, sino desde el lugar del esclavo, desde el lugar del pobre, a los pies de los demás, de abajo arriba y desde el margen hacia el centro. Ciertamente, se trata de una mirada diferente a la que la Iglesia nos tiene acostumbrados: juzgadora, prepotente y controladora, una mirada de arriba abajo y del centro hacia el margen. Y, por supuesto, una mirada también diferente para recuperar la mirada femenina del propio Jesús: pacificadora, servidora y cuidadora que se expresa en los milagros y parábolas del Evangelio.

De la religión de los «perfectos» a la misericordia de Dios

La Iglesia necesita asimismo recuperar la indignación de Jesús y su misericordia. No se trata simplemente de aumentar el tono de indignación ni el grado de misericordia sino de sentirse proféticamente indignados frente a aquellos con los que Jesús se indignó: los ricos, los hipócritas y los orgullosos. Además, es preciso expresar infinita misericordia con aquellos con los que Jesús se mostró misericordioso. La Iglesia adinerada ha sido demasiado comprensiva con los corruptos y los defraudadores y excesivamente dura contra los homosexuales, los divorciados, etc.

Frente a la hipocresía religiosa, y frente a esa religión de los «perfectos», la Iglesia debe presentarse como una comunidad de personas que experimentan cotidianamente la misericordia de Dios y no como aquellas que se ven superiores a los demás. En realidad, detrás de las discusiones sobre la admisión a la comunión de los divorciados o la inclusión de los homosexuales en el seno de la Iglesia, se visibiliza una lucha entre dos modos antagónicos e irreconciliables de entender la religión. Solo así puede entenderse la vehemencia de las discusiones: una Iglesia de los perfectos que mira por encima del hombro a los que considera que no lo son, frente a una Iglesia acogedora, como la de Jesús, que se reconoce llena de gente sencilla, cojos, mancos, recaudadores de impuestos, prostitutas, etc. Se trata de la misma dicotomía que existía entre los fariseos y el grupo que seguía a Jesús, al que criticaban aquellos por comer «con publicanos y pecadores».

El fariseísmo vive con miedo al refrán «dime con quién andas y te diré quién eres». Cree que si se da la comunión a alguien que ha fracasado en su matrimonio, se impurifica al mismo Cuerpo de Cristo y a los demás miembros. En cambio, la Iglesia de Jesús se mezcla entre la gente sencilla para acogerla, acompañarla, darle esperanza y sanarla.

De la autorreferencialidad a la escucha del sufrimiento

La Iglesia debe descentrarse y acercarse al marginado, y abandonar, o como dice Francisco, huir de la autorreferencialidad. Esta preocupación de la Iglesia de hablar solo de sí misma y cada vez más para sí misma, con unos documentos que interesan a muy pocos, debe transformarse en una Palabra dirigida al pueblo y a su sufrimiento. En esta preocupación por el sufrimiento, debe reconocer con dolor a las miles de víctimas que ella misma ha producido y sigue produciendo. Ella, que se constituyó sobre la sangre de los mártires, pasó a ser verdugo. Las víctimas del fariseísmo judío denunciado por Jesús –leprosos, mujeres con flujos de sangre, publicanos, pastores, etc.– son hoy los homosexuales, los divorciados, etc., que se han visto marginados por la misma Iglesia. La Iglesia debe oír su sufrimiento.

De Cristo Rey a la figura de Jesús

La Iglesia debe dejar de ser un reflejo del «Cristo Rey de este mundo» y recobrar la imagen de Jesús servidor y cuidador que se postra a los pies de sus discípulos. La Iglesia, en tanto que imagen de Cristo Rey de este mundo, es la que transmite una imagen de Dios como Todopoderoso, Emperador, Patriarca, en el sentido masculino del término, y en lo que se ha de transformar es en una Iglesia capaz de reflejar la imagen del Dios que integra lo masculino y lo femenino. De una Iglesia preocupada en predicar al mundo la existencia de un Dios «más perfecto del cual nada puede pensarse» debemos pasar a una Iglesia que intenta presentar al Dios que se manifiesta débil en la figura de Jesús.

De la jerarquía a la escucha: Dios en el pueblo

Es ineludible para la Iglesia ver y escuchar a «Dios en todas las cosas» y personas, como base teológica de la participación de todos en las decisiones que adopte. El sujeto de la escucha es toda la Iglesia y no solamente su jerarquía. Teológicamente hay que retomar aquella idea de que toda la Iglesia es profética y toda ella es sacerdotal. Así, el que tiene que ver y escuchar a Dios es la Iglesia en su totalidad y no solo su jerarquía, y si Dios habla en el pueblo, la jerarquía debe escucharlo. El sondeo mundial ante el Sínodo de la Familia no fue una mera encuesta para aceptar la opinión mayoritaria: fue un acto de fe de la presencia de Dios en el pueblo. La Iglesia debe fundamentarse en esto para caminar hacia una mayor horizontalidad en la toma de decisiones y en una desclericalización en línea con el Evangelio.

De la comunidad cerrada a la comunión y el diálogo

La Iglesia debe ser una gran comunidad de comunidades en las que el diálogo constituye un elemento esencial. Además, la Trinidad no es una «comunidad» cerrada sino que está en constante salida de sí misma. Por ello, si la Iglesia está llamada a ser su imagen, debe estar en un continuo salir de sí dialógico hacia el mundo. Por consiguiente, la Iglesia debe pronunciar una Palabra de denuncia, una Palabra salvadora, pero también una Palabra de bendición. Debe denunciar las desigualdades económicas indecentes, recordando el destino común de los bienes de la tierra, y condenar las discriminaciones por motivos de raza, religión y género.

La Palabra salvadora la debe pronunciar la Iglesia no solo a través de los sacramentos sino a través de su acción social. Pero la Iglesia no se puede olvidar de pronunciar una Palabra de bendición –en el sentido de decir bien– sobre todas las cosas. Esa fue la Palabra creadora de Dios cuando decía que «todo era bueno». De igual manera, la Iglesia debe ser capaz de ver y de reconocer todo el bien que es producido por gente cristiana y no cristiana. Así se expresa el papa Francisco cuando dice que el confesionario «no puede ser una sala de tortura». Una Palabra de bendición es la Palabra de san Francisco y que reproduce el papa: «Laudato Si’», con toda la dimensión ecológica que esta contiene.

Con rostro de mujer

Este cambio de rostro de la Iglesia debe tener, pues, una traducción eclesiológica y litúrgica que potencie la horizontalidad y la consulta, e integre a la mujer en los órganos de decisión y de celebración litúrgica. En el año de la misericordia propuesto por el Papa, no puede darse un verdadero giro hacia esta actitud sin un giro femenino. La «misericordia» bíblica traduce la raíz R-H-H hebrea (o árabe en rahim) que es aquel amor que surge de las entrañas de Dios, de su regazo o incluso de su útero maternal (rehem). Por eso, no puede haber una conversión a la misericordia sin una conversión a lo fememino. El patriarcalismo teológico ha ido históricamente de la mano de la violencia legitimada religiosamente y una Iglesia pacífica y del cuidado no acabará de hacerse sin asumir plenamente a la mujer.

Flaquer, Jaume. (2016) El nuevo rostro de la Iglesia… sin maquillajes. Blog. Cristianismo y Justicia.

https://blog.cristianismeijusticia.net/2016/11/28/nuevo-rostro-la-iglesia-sin-maquillajes


      Pretexto 

Actividad 1 (En tu grupo de trabajo llega a conclusiones luego de conversar).

Leer desde la fe la realidad que vivo


Escuchar frecuentemente análisis coyuntural desde la óptica religiosa

Video para analizar

Bentué, a. (2020) Los signos de los tiempos. YouTube.

https://www.youtube.com/watch?v=Ox03VEcGfDM&ab_channel=ProfesorAntonioBentu%C3%A9Cortosteol%C3%B3gicos

 

Actividad 3

Analiza esta canción

Signos de los tiempos.

https://www.youtube.com/watch?v=f_E3rVfKo_E&ab_channel=BlackPanic


    Praxis 


Elabora una presentación en Canva, Genialy y/o Power Point donde ilustres en 10 diapositivas: “Los desafíos para la fe en la sociedad actual”

Sugerencias para cada diapositiva:

·        Una imagen, un párrafo explicativo, un esquema explicativo.


Tema 5: Ética cristiana de los deberes y derechos humanos.


    Contexto 

Para ubicar este tema en tu pensamiento y realidad comparte en pequeños grupos estas preguntas.

1.      ¿Qué es ética cristiana?

2.    ¿Qué es moral cristiana?

3.     ¿Cuál es la diferencia entre ambos términos?

4.    ¿Qué diferencia a la ética cristiana de otras éticas?

5. ¿Cuál es la realidad actual de la vivencia de la ética cristiana?



        Texto

5.1 Diferencia entre Moral y ética cristiana.

Conferencia Cortina, A. (2020) “Para qué sirve la Ética” YouTube Aprendamos juntos 2030. Recuperado en:

https://www.youtube.com/watch?v=HOY0CSVAA4w&ab_channel=AprendemosJuntos2030

5.2 Diversidad Moral

Adler, M. (2020) Diversidad moral y Verdad. Recuperado en:

https://contrapeso.info/verdad-unica-y-diversidad-moral/#:~:text=La%20diversidad%20moral%20frente%20a,de%20variedad%20de%20valores%20%C3%A9ticos.

5.3 Peligros modernos para la moral cristiana

Pablo VI. (1968) Antropología cristiana: La fe ante dos peligros; el ateísmo y el antropocentrismo. Recuperado en: https://ec.aciprensa.com/wiki/Antropolog%C3%ADa_cristiana:_La_fe_ante_dos_peligros;_el_ate%C3%ADsmo_y_el_antropocentrismo

5.4 Ética de Jesús

Video explicación:

       Rodríguez, W. (2020) Ética de Jesús I parte. YouTube: 

      https://www.youtube.com/watch?v=ZdLNeh5x6Yk&ab_channel=WilliamGregorioRodr%C3%ADguez



      Pretexto 

Actividad 1  Discernimiento ético

Analiza en grupo este artículo:

https://www.gotquestions.org/Espanol/etica-Cristiana.html 

Actividad 2  Discernimiento en equipos

Escribe las conclusiones de la discusión grupal sobre la ética cristiana y su utilidad hoy.




    Praxis 

Siguiendo la tarea del tema 4:

Elabora una presentación en Canva, Genialy y/o Power Point donde ilustres en 5 diapositivas: “Los desafíos para la ética en la sociedad actual”

Sugerencias para cada diapositiva:

  • ·                           Una imagen, un párrafo explicativo, un esquema explicativo.



Tema 6: El Pluralismo Religioso



    Contexto



Comenta en equipos de trabajo esta ilustración del tema: 




        Texto

6.1 Las Religiones en el Mundo

Las 7 principales tipos de religiones en el mundo

A lo largo de la historia, el ser humano siempre ha tenido la necesidad de creer en algo superior a sí mismo, es por ello que desde hace siglos se han cimentado las estructuras fundamentales de los diferentes tipos de religiones en el mundo, cada una de ellas ha ido evolucionando y formando parte de la creencia y vida de millones de personas. 

¿Qué es la religión?

La religión es un sistema que rige la actividad humana, la cual se compone principalmente de creencias y prácticas que tienen como esencia lo considerado como divino y sagrado, tanto las prácticas colectivas, personales, morales, espirituales y existenciales.

La religión es compartida por diferentes grupos humanos, algunas de ellas tienen origen hace siglos, otras surgieron en la época contemporánea. Existen algunos tipos de religiones en el mundo que carecen de estructura formal o, por el contrario, son muy rígidas y organizadas; algunas forman parte de las tradiciones culturales de la sociedad o etnias que les dieron su origen.

Tipos de religiones en el mundo 

Se estima que hay 4.200 tipos de religiones en el mundo. Según un estudio del Pew Research Center de 2017. 



Cristianismo

El cristianismo se caracteriza por ser un tipo de religión monoteísta, sus orígenes se basan en reconocer a Jesús de Nazaret como figura central y fundador. Sus seguidores tienen la creencia de que Jesús es el hijo de Dios, así como el Mesías que se profetizó en la Biblia en el Antiguo Testamento. Sus creyentes creen que murió para redimir los pecados de la humanidad y resucitó después de su muerte. Es la religión más practicada en el mundo, del total de la población mundial, 31% practica el cristianismo, representando a 2.3 millones de creyentes.



Islam

El islam es una religión monoteísta de origen abrahámica, cuya doctrina se basa en el libro del Corán, en él se establece como primicia y pillar para sus creyentes que no existe ningún otro Dios más que Alá y  que Mahoma es el mensajero de Alá en la tierra. Esta religión enseña que Dios es misericordioso y todopoderoso, que ha guiado a la humanidad a través de los años por medio de profetas, escrituras reveladas y signos naturales. Del total de la población mundial, 24% practica el islamismo, representando a 1.8 millones de creyentes.


Hinduismo

El hinduismo es una religión que se practica principalmente en el Sur de Asía, es de carácter politeísta y se conforma por diferentes denominaciones religiosas hindúes. Los creyentes hinduistas creen que su religión es la más antigua en el mundo y se refieren a ella como la religión eterna (sanatana dharma). Muchos consideran esta religión como una fusión de varias culturas y tradiciones indias, sin un fundador determinado pero con diversas raíces. Del total de la población mundial, 15% practica el hinduismo, representando a 1.1 millones de creyentes.


Budismo

El budismo es una religión con doctrina filosófica y espiritual, de tipo no teísta, pertenece a la familia dhármica. En ella se comprenden diferentes creencias, prácticas y tradiciones espirituales que se le atribuyen principalmente al Buda Gautama. Su origen se da en India, extendiéndose al este de Asia. Se rige por creencias como el ciclo de la muerte y renacimiento por medio del nirvana. Del total de la población mundial, 6.9% practica el budismo, representando a 500 millones de creyentes.


Judaísmo

El judaísmo engloba las creencias, tradiciones y la cultura del pueblo judío, la cual se caracteriza por ser la más antigua de las tres religiones monoteístas (cristianismo e islam). Se le conoce como una religión abrahámica, la cual reconoce una tradición espiritual identificada con Abraham. Del judaísmo surgieron el cristianismo y el islam. Del total de la población mundial, el judaísmo solo representa un  0.2%

Taoísmo

El taoísmo, o también conocido como daoísmo, es una tradición filosófica y espiritual de origen chino, su significado es literalmente ''enseñanza del camino”. Enfatiza la idea de vivir en armonía con el “tao”, es decir, la “vía” o “camino”. El principal objetivo de esta religión es alcanzar la inmortalidad, aunque en la mayoría de las veces no se entiende de forma literal, pues es una idea de vivir longevamente en plenitud, ya que, se tiene la creencia de que las personas que viven en armonía con la naturaleza son inmortales.



Sintoísmo

El sintoísmo es una religión originaria de Japón, para algunos es considerada la religión indígena de este país. Su creencia se basa en la veneración de los Kami, espíritus sobrenaturales que existen alrededor de toda la naturaleza, la conexión entre estos seres permite que esta religión sea considerada animista, es decir, creen que los objetos o cualquier elemento del mundo natural están dotados de movimiento, alma, vida e incluso consciencia propia. Actualmente, el sintoísmo es la segunda religión con más número de creyentes en Japón, solo superada por el budismo japonés. 

Existen miles tipos de religiones en el mundo, conocer la influencia de ellas en la cultura y entorno en el que nos desarrollamos, su repercusión en la vida humana y sus relaciones, es primordial para entender el mundo desde una perspectiva diversa. 

Mayab, A. (2022) Las 7 principales tipos de religiones en el mundo. Blog de Posgrado.

https://merida.anahuac.mx/posgrado/blog/principales-tipos-religiones-en-el-mundo

6.2 La Iglesia de Jesús carácter universal


6.3 Ecumenismo

6.4 Diálogo interreligioso



      Pretexto 

Discute en grupos un ejemplo para cada aspecto:

Católico

 

 

 

Ecuménico

 

 

 

Diálogo interreligioso

 

 

 


    Praxis 

Siguiendo la tarea del tema 4:

Elabora una presentación en Canva, Genialy y/o Power Point donde ilustres en 5 diapositivas: “Pluralismo Religioso”.

Sugerencias para cada diapositiva:

·         Una imagen, un párrafo explicativo, un esquema explicativo.



II Unidad

Saberes:

Tema 1.  El Seguimiento de Jesús            

1.1 El Cristo de la Fe y el Jesús Histórico

1.2 Jesús en la Biblia

Tema 2.La vida consagrada                                                          

2.1 ¿Qué es la vida consagrada?

2.2 Vida Consagrada Lasallista

Tema 3. El profetismo de Jesús

3.1  Evangelios de su misión

3.2 Profeta del Reino de Dios

Tema 4. Jesús, el Mesías y el Reino

4.1 La religión de Jesús

4.2 Jesús pan de vida

4.3 La soledad de Jesús

Tema 5.  Jóvenes y Jesús





Tema 6. Itinerario De La Salle 

6.1 Línea del tiempo del Fundador

6.2 Línea del tiempo de su obra

6.3 Nuestro compromiso actual


Tema 1: El seguimiento de Jesús 


    Contexto

Más que seguidores de una doctrina, somos seguidores de alguien (de una persona) que es Jesús; por ello, no basta con conocer la doctrina, hay que conocer en primer lugar a Jesús. Y ¿Cómo podemos conocerle? Ciertamente, a través de su doctrina, de los hechos y palabras que nos narra el Evangelio, lo que nos han transmitido sus apóstoles, etc., pero nada de eso puede sustituir el conocimiento que nace de un encuentro personal con Él. Nosotros podemos encontrarnos con Jesús en nuestra experiencia diaria, a través de su Palabra, en la oración, en los sacramentos, en el encuentro con las otras personas, particularmente con el pobre que sufre, con los excluidos de la sociedad. El encuentro con Jesús viene mediado por el encuentro con el otro.

Seguir a Jesús, es decir, “ser cristiano”, supone ciertas condiciones y exigencias, no solo conocer a quien seguimos sino estar dispuestos a comprometernos con Él. En primer lugar, ese seguimiento es una opción totalmente libre, Jesús no nos obliga a seguirle, sino que te dice “si quieres puedes seguirme”; pero, desde el momento que tomas la decisión de hacerlo tienes que cumplir con las exigencias de ese seguimiento. Jesús pide a sus discípulos renuncias radicales, las mismas que pueden parecer a muchos como “condiciones inaceptables”, tales como: negarse a sí mismo, dejarlo todo, cargar la cruz, estar dispuesto a “perder la vida” (Cf., Mc 8, 34-38).

Toda opción siempre exige renuncias, sufrimiento. En la vida siempre tenemos que tomar opciones, y cada vez que nos decidimos por algo, tenemos que dejar otras cosas. Toda renuncia siempre cuesta o produce algún tipo de sufrimiento. No hay, pues, opciones sin renuncias; y cuanto más grandes son las opciones más grandes son las renuncias. El Evangelio nos dice que aquellos pescadores, al escuchar el llamado de Jesús, “dejándolo todo lo siguieron”. Lo apostaron todo, lo arriesgaron todo por Jesús, sin echar cálculos, sin miedos. Eran conscientes que todo lo que podían dejar o ‘perder’ es muy poco en comparación a lo que ganaban: el Reino de Dios. Nuestra opción por Jesús y su Reino nos lleva a relativizar muchas cosas en la vida.

El seguimiento también presupone “ponerse en camino”, es decir, desinstalarse; nadie puede seguir a alguien sin moverse de su sitio, sin dejar de hacer lo mismo. Seguir a Jesús implica ponerse en camino en la misma dirección y la misma ruta, pues es obvio que no se le puede seguir si vamos en una dirección opuesta; esto que parece evidente, en la práctica no lo es para muchos, es decir: quieren “ser cristianos” sin seguir a Jesús, o yendo en una dirección contraria a la que Él nos señala. Seguir a alguien es, en cierto modo, dejarse conducir por él. Para seguir a Jesús se hace necesario renunciar a tus “propios caminos” para conducirte por el camino que Él te propone; y ¿Cuál es ese camino?, es el camino que siguió con su vida, es decir, el “camino de la cruz”. Sería absurdo pretender un camino distinto, pues ese camino no sería el de Jesús. No podemos seguir al Señor si no estamos dispuestos a cargar con nuestra propia cruz de cada día, pero siempre con la alegría de saber que Jesús camina a nuestro lado.




        Texto

Textos de la Sagrada Escritura y de la Tradición y Doctrina de la Iglesia respecto del seguimiento de Jesús:

El “seguimiento de Cristo” es un modo de participar en Cristo, participación que es posible para todos los seres humanos y toda la creación. Dios quiere y obra la salvación de la humanidad por caminos que la Iglesia puede ignorar (GS 22).

“Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia” (Col 1,15-17).

 

“Después que Juan fue entregado, marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: ‘El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva’” (Mc 1, 14-15).

“Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él. Alguien le dijo: ‘¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte’. Pero él respondió al que se lo decía: ‘¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre’” (Mt 12, 46-50).

“Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso” (Mt 6, 28-32).

“Y sucedió que, cuando acabó Jesús todos estos discursos, dijo a sus discípulos: ‘Ya sabéis que dentro de dos días es la Pascua; y el Hijo del hombre va a ser entregado para ser crucificado’” (Mt 26, 1-2).

“En esto se le acercó uno y le dijo: ‘Maestro, ¿qué he de hacer de bueno para conseguir vida eterna?’. Él le dijo: ‘¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos’. ‘¿Cuáles?’, le dice él. Y Jesús dijo: ‘No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo’. Le dice el joven: ‘Todo eso lo he guardado; ¿qué más me falta?’. Jesús le dijo: ‘Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos; luego ven, y sígueme’. Al oír estas palabras, el joven se marchó entristecido, porque tenía muchos bienes” (Mt 19, 16-22).

“Yo por la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios: con Cristo estoy crucificado; y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Esta vida en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí. No anulo la gracia de Dios, pues si por la ley se obtuviera la justicia, habría muerto en vano Cristo” (Gál 2, 20-21).

“Él es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud, y reconciliar por él y para él todas las cosas, pacificando, mediante la sangre de su cruz, lo que hay en la tierra y en los cielos” (Col 1, 18-20).

“La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios” (Gál 4, 6-7).

 

      Pretexto 




    Praxis 

Instrucciones: elabore ilustraciones para cada apartado que se solicita, puede agregar, citas bíblicas, fotografía, imágenes, canciones.

Para cada sección debe colocar 3 párrafos explicativos.

1. Jesús y mi persona

2. Jesús y mi familia

3. Jesús y mi Iglesia

4. Mi experiencia bíblica

 Modalidad de entrega: individual:

·        Entregar enlace en canva u otra aplicación o PDF

·        En espacio de Classroom.


Tema 2: La Vida Consagrada 


    Contexto

Todos los católicos estamos llamados al seguimiento de Cristo. Por el bautismo nos hacemos Hijos de Dios, Hermanos de Jesucristo y Templos vivos del Espíritu Santo. Por lo tanto, la vida de los católicos, si quieren ser fieles y coherentes con su bautismo no puede ser la misma que la de una persona no bautizada. La imitación de Cristo será la tarea fundamental en su vida.

Sin embargo, hay personas que por una invitación especial de Dios, bajo una moción del Espíritu Santo, se proponen seguir más de cerca a Cristo, entregarse a Dios amado por encima de todo y procurar que toda su vida esté al servicio del Reino. Esto es lo que se llama en la Iglesia católica, la vida consagrada.

Las personas que asumen libremente el llamamiento a la vida consagrada viven los así llamados consejos evangélicos por amor al Reino de los cielos. Los consejos evangélicos son la pobreza, la castidad y la obediencia. Se les llama consejos evangélicos porque fueron predicados por Cristo en el evangelio y aparecen como una invitación para seguir más de cerca el camino que Él recorrió en su vida. Si bien todos los católicos estamos llamados a vivir estos tres consejos, la persona consagrada lo hace como una manera de vivir una consagración “más íntima” a Dios, motivado siempre por dar mayor gloria a Dios. La pobreza es el desprendimiento de todo lo creado para utilizarlo de forma que pueda dar mayor gloria a Dios. La castidad es lograr que toda nuestra persona: inteligencia, voluntad, afectos y cuerpo estén dominados por nosotros mismos. Y por último, la obediencia, es el sometimiento de la voluntad propia a la voluntad de Dios, a través de los superiores legítimos, representantes de Cristo para el alma consagrada.

Las personas consagradas a Dios pueden vivir su consagración de muy diversas formas y así vemos como a lo largo de la historia de la Iglesia, desde las primeras comunidades cristianas en el Asia Menor hasta los florecientes centros urbanos de nuestros días, la vida consagrada asume diversidad de formas. Las hay de aquellos que se dedican a la oración y a la contemplación en un lugar apartado de toda civilización. Hay quienes inmersos en el mundo, viven su consagración entre las más diversas actividades de la vida diaria. Todas estas formas de consagración las podemos agrupar en las siguientes divisiones:

·         Vida Eremítica

·         Vírgenes Consagradas

·         Vida Religiosa

·         Institutos Seculares

·         Sociedades de Vida Apostólica

Podemos decir junto con el Catecismo de la Iglesia Católica, que “el resultado ha sido una especie de árbol en el campo de Dios, maravilloso y lleno de ramas, a partir de una semilla puesta por Dios. Han crecido, en efecto, diversas formas de vida, solitaria o comunitaria, y diversas familias religiosas que se desarrollan para el progreso de sus miembros y para el bien de todo el Cuerpo de Cristo” (Catecismo de la Iglesia Católica, 917).

Cabe aquí hacer una aclaración: las órdenes religiosas masculinas y femeninas como las conocemos forman lo que se llaman

Vida religiosa. Es una forma de vida consagrada, pero no quiere decir que sea la única. Quizás es la más extendida y la más floreciente hoy día y por ello se tiende a confundirla como la forma exclusiva dela consagración a Dios.

La división que ha establecido el Catecismo de la Iglesia Católica de las distintas formas de vida consagrada (vida eremítica, vírgenes consagradas vida religiosa, institutos seculares y sociedades de vida apostólica) no implica que no puedan darse nuevas formas de consagración en un futuro. Desde los comienzos de la Iglesia han existido hombres y mujeres que han intentado con la práctica de los consejos evangélicos, seguir con mayor libertad a Cristo e imitarlo más de cerca. Cada uno a su manera vivió entregado a Dios. Muchos, por inspiración del Espíritu Santo, vivieron en la soledad o fundaron familias religiosas que la Iglesia reconoció y aprobó. Pero este mismo Espíritu puede suscitar en un futuro formas nuevas de consagración. La Iglesia lo sabe y está abierta a estos nuevos carismas. Así lo establece en el canon 605 del Código de Derecho Canónico: “Los obispos se esforzarán siempre en discernir los nuevos dones de vida consagrada confiados por el Espíritu Santo a su Iglesia; la aprobación de nuevas formas de vida consagrada está reservada a la Sede Apostólica.”

Por último debemos apuntar que si bien la vida consagrada no pertenece a la estructura jerárquica de la Iglesia, sin embargo forma parte de la vida y de la santidad de la Iglesia.


        Texto

Realiza las siguientes 3 lecturas: Vida consagrada Lasallista en estos enalces colocados también como material de classroom.

El Carisma Lasallista

Vocación significativa

Vida Consagrada Lasallista



      Pretexto 


Pregunta frecuentes sobre la Vida Religiosa con su respuesta.

1ª ¿A qué llamamos Vida Consagrada? A una forma estable de vivir por la profesión de los consejos evangélicos en la cual los fieles imitando a Cristo, lo dejan todo para estar con Él, y ponerse como Él al servicio de Dios y de los hermanos.

2ª ¿Qué son los consejos evangélicos? Los consejos evangélicos fundados en el ejemplo de Cristo virgen, pobre y obediente–, son un don divino que la Iglesia ha recibido del Señor y conserva siempre con su gracia para que algunos bautizados profesen según las leyes propias de su instituto religioso.

3ª ¿Qué es un instituto religioso? Es una sociedad en la que los miembros, hombres y mujeres, emiten votos públicos perpetuos o temporales que han de ser reconocidos como tales y viven vida fraterna, unidos a la Iglesia y a su ministerio.

4ª ¿Cuál es el fundamento último de la vida consagrada? La persona de Cristo en su modo histórico de vivir enteramente para Dios y para los hombres todos, constituyen la referencia esencial y el contenido nuclear de la vida religiosa. Es una experiencia de fe, que sólo puede entenderse verdaderamente desde la misma fe.

5ª ¿Cómo se denominan los Institutos de Vida Consagrada? La vida consagrada por naturaleza ni es laical ni clerical. Sin embargo son llamados institutos clericales, cuando se hallan bajo la dirección de clérigos. Institutos laicales, cuando no incluye el ejercicio del orden sagrado. Estos pueden ser de derecho pontificio cuando han sido aprobados por la Sede Apostólica, y de derecho diocesano cuando solamente han sido aprobados por un obispo diocesano.

6ª ¿Qué otras formas de vida consagrada reconoce la Iglesia? Además de los Institutos de vida consagrada, la Iglesia reconoce la vida de los eremitas y de las eremitas pertenecientes a Órdenes antiguas o a Institutos nuevos; el Orden de las vírgenes aun permaneciendo en el mundo, y también la consagración de las viudas y de los viudos.

7ª ¿Qué son los Institutos Seculares? Son aquéllos en los que las personas consagradas, viviendo en el mundo, mediante la profesión de los consejos evangélicos procuran la santificación del mundo desde dentro de él.

8ª ¿Qué son las sociedades de Vida Apostólica? Las sociedades de Vida Apostólica o la vida común masculinas o femeninas se asemejan a Institutos de vida consagrada, buscan con un estilo propio, una finalidad apostólica o misionera.

9ª ¿Puede la Iglesia renunciar a la vida Consagrada? La Iglesia no puede renunciar absolutamente a la vida consagrada, porque expresa de manera elocuente su íntima esencia «esponsal». En ella encuentra nuevo impulso y fuerza el anuncio del evangelio a todo el mundo. Se necesitan personas que presenten el rostro paterno de Dios y el rostro materno de la Iglesia, para que otros tengan vida y esperanza.

10ª ¿Cuándo se celebra en la Iglesia la Jornada de la Vida Consagrada? Desde el año 1997, esta jornada de Vida Consagrada instituida por el Papa Juan Pablo II se celebra todos los años el día 2 de febrero en la fiesta de la Presentación de Jesús en el templo.






    Praxis 

Entrevista lasallista vocacional:

1.        ¿Qué es el voluntariado Lasallista?

2.       ¿Cómo valoramos la vocación de Hermano De La Salle?

3.       ¿Cuántas y cuáles comunidades religiosa conozco?

4.      ¿Qué opino sobre la Vida Religiosa?

5.       ¿Tiene futuro la Vida Religiosa en mi localidad?



Tema 3: El profetismo de Jesús


    Contexto

Los profetas son parte importante de cualquier religión, teniendo una gran importancia por su capacidad de ser el mensajero terrenal entre el pueblo y sus dioses. En el caso de la tradición cristiana la mayoría de los profetas pertenecen al Antiguo Testamento, pero existen algunas excepciones, ya que muchos de los personajes del Nuevo Testamento aunque no son nombrados como tal si son profetas al compartir sus elementos clave.

LAS TRES Q 

Lo que veo

Lo que no veo

Lo que infiero

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


        Texto

¿Qué son los profetas?

Los profetas en la religión judeocristiana son aquellas personas que sirven como una especie de enlace entre Dios y la humanidad, siendo seres que de una u otra forma han tenido contacto con Dios y han recibido de sus palabras información que deben comunicar al resto de la humanidad como una especie de mensajero de Dios.

La mayoría de los profetas cristianos se encuentran en el llamado Antiguo Testamento, siendo muy numerosos e incluso dividiéndose en grupos como pueden ser los profetas menores o los profetas primeros. Fue en esta etapa que los profetas gozaron de mayor importancia y fama, siendo una época en la que la comunicación entre Dios y los hombres era menor.

 

Por otro lado, en el caso de los profetas del Nuevo Testamento el número es menor, debido en gran parte a que no muchos reciben la denominación de profeta como tales. Aun así y teniendo en cuenta que sabemos las principales características de los profetas, podemos ver en los personajes de esta parte de la Biblia numerosos elementos que les convierten en profetas.

Un dato importante al hablar de los profetas del Nuevo Testamento es tener en cuenta estos también crean enlaces entre Jesús y el pueblo, siendo este también una forma de Dios.

Lista de los profetas del Nuevo Testamento

Para continuar con esta lección debemos hablar sobre los profetas del Nuevo Testamento, enumerando todos ellos y explicando las razones por las que fueron importantes y la razón de que se les considere profetas.

Juan el Bautista

Uno de los pocos nombrados como profetas en el Antiguo Testamento. Es conocido especialmente por su uso del bautismo, siendo quien se considera que bautizó a Jesús. Como un judío errante iba expandiendo la palabra de Dios por toda la región, siendo considerado por ello como un gran profeta.

Simeón

Contemporáneo de Jesús, se dice que cuando este recién nacido fue llevado a hablar con Dios, se narra que de una forma profética el anciano Simeón dijo que había sido informado por el Espíritu Santo sobre que ese niño era el hijo de Dios. De alguna forma fue una de las primeras personas en aceptar a Jesús como una persona a seguir aunque tan solo fuera un niño.

Bernabé

Considerado como uno de los primeros cristianos dedicó su vida a viajar alrededor del mundo buscando convertir al pueblo a la religión cristiana. En muchos textos se habla de él como profeta, por su dedicación para expandir la palabra de Dios. Además de profeta, también se le considera un apóstol, pero no semejante a los que acompañaban a Jesús, sino una especie diferente de estos.

Ana

Es una profetisa que se encontraba en el templo cuando el niño Jesús fue presentado. Desde ese momento y hasta su muerte Ana fue por todo Jerusalén hablando de aquel niño, y cómo salvaría a todos los cristianos liberándolos. Fue junto a Simeón uno de los primeros sabios religiosos en seguir a Jesús.

Zacarías

Padre de Juan Bautista y pariente de la madre de Jesús, se dice que el profeta recibió la visita de un ángel enviado por Dios, quien le comunicó que su mujer tendría un hijo al que debía llamar Juan, ya que su hijo sería muy importante en la vida del hijo de Dios.

 

Isabel

Madre de Juan Bautista y familia de María, madre de Jesús. Aunque ella era infértil y ya de avanzada edad la llegada de un ángel y de la palabra de Dios hizo que tuviera a un hijo, siendo vital para la vida de Jesús. En los textos religiosos no se le nombra como profeta, pero sus acciones la colocan como una de ellas.

Silas

Uno de lo principales cristianos y compañero de San Pablo es sus numerosos viajes misioneros, fue una figura clave para la expansión del cristianismo. Sus viajes para expandir la palabra de Dios le hacen ser considerado como uno de los profetas, siendo uno de los numerosos casos en los que expandir la palabra de Jesús hacia gozar del reconocimiento de profeta.

Jesús

Jesús de Nazaret, Cristo, Jesucristo o simplemente Jesús fue el líder religioso del cristianismo, siendo el hijo de Dios, y por lo tanto el profeta más importante de la historia cristiana. Su origen como hijo de Dios hace que sea el mayor enlace entre él y el pueblo, y por lo tanto se le puede considerar como el profeta más importante de la historia.

Lucio de Cirene

Uno de los fundadores de la Iglesia cristiana en la región de Antioquia, siendo un personaje clave en la etapa de Herodes. Se le considera como un profeta por lo dicho en el libro de los Hechos, siendo donde se enumera a varios profetas, siendo uno de ellos él.



      Pretexto 

Profetas Actuales:

San Romero de América

 

 

 

 

 

Monseñor Gerardi

 

 

 

 

 

 

Beato Santiago Miller

 

 

 

 


    Praxis 

Según el listado de Profetas del A. T. en el presente enlace:

https://vivelabiblia.com/breve-resumen-de-los-profetas-del-antiguo-testamento/

Ubícalos según las etapas históricas correspondientes:

Pre exílicos

Exílicos

Post Exílicos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Tema 4: Jesús, el Mesías y el Reino

    Contexto

Mt 14, 13-21

Es un relato que está presente en los cuatro evangelios, Mc, 6. Lc, 9. Jn, 6, y se repite en Mt,16 y en Mc,8. En las seis narraciones (menos explícitamente en Lucas), este episodio supone un momento de inflexión en el seguimiento de las multitudes. Desde aquí, el seguimiento va a ser selectivo, porque Jesús va a defraudar las esperanzas que se están poniendo en él.

De hecho, estos textos se sitúan en todos los evangelistas un poco antes de la confesión que Jesús provoca "¿quién dice la gente - quién decís vosotros - que soy yo?". Y en Juan, la multiplicación es el pórtico del sermón del pan de vida, catequesis que se ha dado como eucarística, pero que trasciende este sentido: se trata de aceptar a Jesús como el venido del cielo: ya no es el maná, es Jesús. Se trata de la adhesión a Jesús o su rechazo como Mesías.

Y se producen tres reacciones: las multitudes, en gran parte, ven que el mesianismo de Jesús no es un reinado con abundancia de pan fácil, y se irán alejando; los jefes, sacerdotes, letrados y fariseos, entienden bien el mensaje y rechazan a Jesús, le piden signos, le exigen que dé pruebas de su autoridad; incluso en sus discípulos hay una crisis, y muchos se apartan y ya no van con él, sin duda porque han entendido la ruptura que Jesús supone. Y unos pocos creen en él ("¿a quién iremos, tú solo tienes palabras de vida eterna").

Inmediatamente, en todos los evangelios, Jesús hace una catequesis del mesías dejando claro que el mesías será crucificado. (Mt 16,21. Mc 8,31. Lc 9,21. Jn 6,70). Es decir, que el esquema prácticamente idéntico en todos los evangelios es: multiplicación – se escapa de la gente - confesión de mesianismo - anuncio de la cruz.

El evangelio, por tanto, está situando la figura de Jesús en su contexto correcto: quién es Jesús, quién es el Mesías, qué es el Reino. Y rechazando explícitamente toda interpretación política, de abundancia material; incluso anunciando que el Reino sufre rechazo y persecución. El Reino es abundancia, pero de dones espirituales, y será carencia, renuncia o persecución, incluso muerte, en lo material.

"Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron. Yo soy el pan vivo bajado del cielo: el que coma de este pan no morirá para siempre". Es la esencia: todos los aspectos materiales, políticos, de supremacía de Israel, de Dios-para-nosotros, todas las bendiciones materiales como signo de las espirituales... han pasado. Frente a eso, alimentarse de este pan será aceptar la cruz y la oscuridad de Dios. Y ponerse al servicio.


  

        Texto

1.- LA RELIGIÓN DE JESÚS

Desaparecen aquí los últimos rasgos míticos y tribales de la religión de Israel. Dios protector del pueblo, la alianza que produce efectos de bendiciones terrenas, abundancia, salud, larga vida, éxito, reconocimiento, poder... Se acabó.

El que come de este pan pasará por la cruz, y ése - no las prosperidades materiales - será el signo de que se está en el reino. Lo de Jesús va por tanto muchísimo más allá de lo que han soñado todas las religiones antiguas, incluida la religión de Israel. Mucho más allá, porque está mucho más aquí. Más allá, más de Dios, porque está mucho más cerca del ser humano. Porque no se trata de sacar al ser humano de su condición, de situarlo en contextos de mitos, poderes, intervenciones milagrosas de la divinidad...

Se trata, simple y sorprendentemente de "encender la luz" para ver qué significa vivir. No se trata de añadir divinidades para explicar misterios, se trata de iluminar la vida. No se trata de que Dios hace milagros esporádicos bendiciendo con cosas terrenas al justo. Se trata de que Dios nos hace comprender y ser capaces de llevar adelante la vida.

Lo más oscuro de la vida es que es camino que recorrer, que hay cruz, que no se ve a Dios por ninguna parte. Y que a nosotros nos apetece sentarnos, no caminar, disfrutar, no llevar la cruz, y ver a Dios, no estar sometidos al esfuerzo y al riesgo de creer. Jesús no nos deja sentarnos, no nos quita la cruz, no hace que se nos aparezca Dios.

Jesús da fuerza para caminar, alimenta al caminante, lleva la cruz y muestra cómo llevarla, da fuerzas para ello, y nos deja ver todo lo que de Dios podemos y necesitamos ver. Y eso es todo.

Es un modo de vivir, no una escenografía milagrera para ocultar o soslayar la vida.

Es un modo de vivir más arriesgado, apostando por valores que contradicen la lógica normal. Un modo de entender a Dios menos lógico, porque no se basa en el amo-legislador-juez, sino en el amor, impredecible y ajeno a toda lógica.

Las religiones se basan en la supremacía de Dios que exige tributos bajo pena de justo castigo. Lo de Jesús se basa en salvar la vida entera del ser humano. Verdaderamente, Dios se ha hecho hombre.

2.- JESÚS PAN DE VIDA

No pocas veces tendemos a pensar que los relatos de los Sinópticos son meramente históricos, crónica de sucesos. Sabemos que el cuarto evangelio utiliza los sucesos como soporte del símbolo, pero pensamos que los Sinópticos no lo hacen. Y es un grave error.

Es evidente que para el cuarto evangelio los sucesos son sobre todo "SIGNOS", pero los Sinópticos también utilizan ese género.

Concretamente en la multiplicación de los panes, el valor de signo es muy superior al valor de crónica.

El suceso sirve de pista de despegue para el mensaje. El suceso es que Jesús se retira con los discípulos a un lugar solitario, que la gente le sigue, hambrienta de su palabra y de sus curaciones, que Jesús – como siempre – siente compasión y se dedica a hablarles en vez de tomarse el día libre, "porque estaban como ovejas sin pastor", que se produce el inexplicable suceso de que comen todos con poco y que Jesús rechaza sus aclamaciones mesiánicas, los despide, a la gente y a los discípulos, y se queda de noche solo en el monte, orando.

El mensaje que subrayan los cuatro evangelistas es el que explicita perfectamente el cuarto evangelio en el Sermón del Pan de Vida: Jesús no es sólo el nuevo Moisés sino el nuevo Maná. No se trata de que Dios da un alimento material para sobrevivir en el desierto, sino de que Dios da el alimento definitivo, el alimento que no alimenta al cuerpo sino al espíritu. Jesús se define como pan, pan regalo de Dios.

Los evangelistas escriben estos relatos unos cuarenta años después de que sucedieran, y estos relatos se leen en la Cena del Señor, en la eucaristía. Es evidente que los relatos sirven magníficamente para ilustrar qué es la Fracción del Pan: alimentarse de Jesús, compartir el pan y el vino con Jesús.

Y también ahora podemos hacer, a propósito de estos relatos, una catequesis eucarística profunda. Los que participamos en la eucaristía vamos a ella a alimentarnos (no preferentemente a cumplir, a adorar, a ofrecer... ). Nos alimentamos de muchas cosas que son en el fondo la misma: nos alimentamos del perdón celebrado, de la comunidad que acoge y ora en común, de la palabra... de todo Jesús presente en la comunidad, en la iglesia. Y comulgamos con él.

El pasado día 25, a propósito de la fiesta de Santiago, leíamos la petición de los Zebedeos (tronos ministeriales en el reino del Mesías) y la contra-propuesta de Jesús: beber su cáliz. En la eucaristía comemos su pan y bebemos su cáliz, es decir, que Jesús nos propone lo mismo que a los Zebedeos: ¿Estáis dispuestos a beber mi cáliz, a comer mi pan? Y contestamos, con hechos, que sí.

El significado del pan y del vino es el más profundo de todas las expresiones parabólicas con las Jesús habla de sí mismo (y de Dios). Jesús se define como agua, como luz, como pastor, como médico... Pero en su cena de despedida expresa cómo se ve él a sí mismo, definitivamente: como grano de trigo molido para ser pan, para ser comido y ser alimento. Como granos de uva estrujados para ser vino para que todos tengan qué beber. Y no son signos para admirar, sino alimento y bebida para comer y beber... con él.

Eso es comulgar con él: compartir su pan y su vino, aceptar que también nosotros, porque comulgamos con él, hacemos de nuestra vida trigo molido y granos estrujados, para que el mundo entero tenga menos hambre y menos sed.

3.- LA SOLEDAD DE JESÚS

Después de todo esto, de la comida abundante etc. Etc., Jesús despide a todo el mundo y se queda solo, porque los discípulos (probablemente) aprovechan el entusiasmo para promover una aclamación popular, para elegir a Jesús Rey.

Una vez más, no se han enterado de nada; van en la línea de los Zebedeos pidiendo poltronas ministeriales.

Cuando Jesús explica que seguirle es hacerse pan para el mundo, aunque haya que beber el cáliz, se queda solo. La gente, y los discípulos, quieren ante todo alimento fácil para el cuerpo y triunfar sobre los enemigos. Es la tentación de mesianismo facilón, terreno, que pone a Dios a nuestro servicio para darnos gusto, para que se haga nuestra voluntad, no la suya.

Jesús invierte radicalmente el planteamiento: no se trata de qué esperamos nosotros de Dios, sino de qué espera Dios de nosotros. Buscar la voluntad de Dios, no lo que a nosotros nos gusta; no pretender que el poder de Dios se acomode a nuestra voluntad y a nuestros gustos. Esto se llama conversión, cambiar de sentido, darse a la vuelta; hasta Jesús, muchos en Israel han entendido que Dios es para Israel, el éxito de Israel, la salud, la larga vida, la prosperidad, el sometimiento de las naciones... mesianismo fácil y halagador. Jesús es el anti-Mesías. Y por eso le rechazarán.

Podríamos sacar consecuencias abundantes: señalaremos dos caminos de reflexión, y que cada uno piense:

  • A nivel personal: para qué quiero yo a Dios. Para responder a esta pregunta basta con analizar nuestra oración de petición: dime cómo pides y te diré cómo es tu fe. Basta con reflexionar si nuestra oración de petición es el Padre Nuestro o nos pasamos la vida cansando a Dios pidiendo lo que a nosotros nos parece que Él nos tiene que dar...
  • A nivel eclesial: el éxito, el esplendor del culto, la influencia social, las multitudes aclamando, los poderosos de las naciones haciendo homenaje... ¿seguro que todo eso es de Jesús? ¿No será un resto de falso mesianismo?

Que cada uno se lo piense y se lo aplique. Recordando que es más fácil ver la paja en ojo ajeno (la Iglesia) que la viga en el propio (mi conversión).


 

      Pretexto 

Escribamos ejemplos de Iglesia cuando hacemos visible a Jesús.

    Praxis 



Tema 5: Jóvenes y Jesús


    Contexto


Preguntas para compartir:



        Texto


Las Jornadas Mundiales de la Juventud fundamentalmente son encuentros de los jóvenes católicos en torno a la figura de Papa y se reflexiona sobre lo que la Iglesia requiere para responder al contexto de su misión.

5.1 La jornada mundial de la juventud

La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un acontecimiento promovido por la Iglesia católica que congrega a jóvenes de diversas partes del mundo en compañía del Papa.1

La JMJ se realiza anualmente en cada diócesis del mundo durante la solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo (hasta 2020 tenían lugar cada Domingo de Ramos), con una ceremonia principal en la Ciudad del Vaticano. Sin embargo, cada dos o tres años, se realiza un gran encuentro internacional realizado en una ciudad sede. Esta ceremonia es presidida por el papa. Este último encuentro, de varios días de duración (generalmente una semana), es el que se asocia habitualmente con el nombre de Jornada Mundial de la Juventud.

Los antecedentes históricos de la JMJ remontan al año 1975, con el encuentro internacional de jóvenes que tuvo lugar en Roma durante la semana santa del Jubileo o Año Santo de 1975, siendo papa Pablo VI, como clausura de la I Marcia Internationale della Reconziliatione Cristiana que recorrió el camino de San Francisco desde Asís hasta Roma, en la que participaron jóvenes llegados de numerosos países del mundo.

San Juan Pablo II y Eduardo Pironio, propulsores decisivos de la Jornada Mundial de la Juventud.

Durante el Jubileo de 1983-1984, llamado Año Santo de la Redención en recuerdo de la muerte de Jesucristo 1950 años atrás, entre las distintas celebraciones dedicadas a la juventud, la más importante tuvo lugar en la vigilia del Domingo de Ramos de 1984 en Roma. Más de 300.000 jóvenes procedentes de todas las partes del mundo (y albergados por cerca de 6000 familias romanas) participaron en el Jubileo internacional de la juventud.9 Además de muchos obispos, estaban también presentes el Hermano Roger y la Madre Teresa de Calcuta. El papa Juan Pablo II obsequió a los jóvenes con una cruz de madera que simbolizaba "el amor del Señor Jesús por la Humanidad y como anuncio de que sólo en Cristo, muerto y resucitado, está la salvación y la redención". Tras este evento el papa instituyó la Jornada Mundial de la Juventud. El cardenal argentino Eduardo Pironio, designado presidente del Pontificio Consejo para los Laicos pocos días antes del Domingo de Ramos de 1984, habría realizado la propuesta de instituir la Jornada, y se lo considera su cofundador.

El año 1985 fue proclamado por la ONU Año Internacional de la Juventud. La Iglesia organizó un nuevo encuentro internacional el Domingo de Ramos, el 31 de marzo, con otros 350.000 jóvenes que se reunieron en la Plaza de San Pedro. Tras este evento el papa instituyó la Jornada Mundial de la Juventud.

El Domingo de Ramos de 1986 tuvo lugar en Roma la ya primera Jornada Mundial de la Juventud, la primera de una serie que contribuyó a atribuir al papa el apodo de "El Papa de los jóvenes". En aquella ocasión Juan Pablo II invitó a los jóvenes de todo el mundo con la carta Siempre prestos a testimoniar la esperanza que está en vosotros, dando su apoyo a la realización del evento en la ciudad de Buenos Aires.

De allí en adelante, la Jornada Mundial de la Juventud se celebró cada año, el Domingo de Ramos, en todas las diócesis. Cada dos o tres años (ver cuadro en la sección Eventos de la JMJ en la Historia) este acontecimiento asume el formato de una reunión internacional, y jóvenes de todo el mundo se reúnen en la ciudad indicada junto al Papa para compartir su fe con la de los demás y meditar sobre el mensaje que el papa elige para cada ocasión. El organismo encargado de la organización y de la coordinación de las Jornadas Mundiales es el Pontificio Consejo para los Laicos, cuya sección joven fue instituida en el 1985. El cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, como presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, se convirtió en responsable de esas jornadas y como tal llegó a ser uno de sus principales propulsores. Pironio acompañó a Juan Pablo II, no solo en las ediciones organizadas en la diócesis de Roma, sino en las realizadas en Buenos Aires (1987), Santiago de Compostela (1989), Częstochowa (1991), Denver (1993) y Manila (1995).

Eventos de la JMJ en la Historia



A.A. V.V. (2023) Jornadas mundiales de la juventud.

Recuperado en: https://es.wikipedia.org/wiki/Jornada_Mundial_de_la_Juventud

5.2 5 Retos juveniles para la fe cristiana

Los retos y oportunidades que enfrentan los jóvenes actualmente, en distintos ámbitos y que requieren un acompañamiento cercano y activo.

Reto tecnológico: El vertiginoso avance tecnológico presenta oportunidades sin precedentes para la juventud, desde el acceso a la información hasta el desarrollo de habilidades digitales. Sin embargo, también enfrentan el desafío de adaptarse a una sociedad cada vez más digitalizada y encontrar un equilibrio entre el mundo virtual y el mundo real, evitando los riesgos de la desconexión emocional y la dependencia excesiva de la tecnología.

Reto social: La diversidad es una característica inherente de nuestra sociedad, pero conlleva el desafío de promover una convivencia respetuosa e inclusiva. Los jóvenes tienen la oportunidad de liderar el cambio, donde se respeten los derechos de todas las personas, independientemente de su origen o creencias, sin tener por esto que renunciar a su propio proyecto biográfico.

Reto cultural: En un mundo globalizado, los jóvenes están expuestos a múltiples culturas y formas de vida. Esto les brinda la oportunidad de apreciar y aprender de las diferentes tradiciones y valores culturales, pero también enfrentan el desafío de preservar y valorar su propia identidad cultural frente a la influencia homogeneizadora de la globalización. El gran problema a resolver, es qué hacer con su propia vida.

Reto de valores: La sociedad actual enfrenta desafíos éticos y morales que impactan la convivencia y la cohesión social. Los jóvenes tienen la oportunidad de promover valores como la solidaridad, la honestidad, la responsabilidad y la sostenibilidad ambiental, contribuyendo así a construir una sociedad más justa y sostenible para las futuras generaciones.

Reto del proyecto de vida: En un mundo en constante cambio, los jóvenes se enfrentan al desafío de tomar decisiones importantes sobre su presente y futuro, desde la elección de una carrera hasta la planificación de su vida personal. Tienen la tarea de buscar su pasión y propósito, desarrollar sus habilidades y talentos, y ser agentes activos en la creación de su propio camino hacia el éxito y una vida plena y no plana.

En estos momentos, miles de jóvenes se han congregado en Lisboa para reflexionar y encontrar inspiración en un mundo que les presenta retos y oportunidades únicas. Hoy más que nunca, es fundamental que la juventud asuma un papel protagónico en la transformación de la sociedad y en la búsqueda de soluciones para los desafíos que enfrentamos. La diversidad de talentos, perspectivas y culturas que converge en este evento nos recuerda que juntos somos más fuertes y que, sin importar nuestra procedencia, todos compartimos el deseo de un mundo mejor.

Recordemos que, en manos de la juventud, reside la esperanza de un futuro mejor para todos.

Catholizare. (Noviembre 2023)  Retos de la Jornada mundial de la Juventud en Lisboa. En la web:

https://catholizare.com/jornada-mundial-de-la-juventud-retos-y-oportunidades-para-los-jovenes-actualmente/


      Pretexto 

¿Qué mensaje del Papa en la JMJ me impactan?

¿Cuáles considero que son los problemas de la juventud más importantes que deberían abordarse en una JMJ?

¿Cómo puedo vivir en mi itinerario personal el mensaje del Papa a los jóvenes?

 

 

 

 

 

 

 


    Praxis 


Grupo focal.

Reflexiona en grupos de 4 a 5 participantes sobre los retos de la JMJ en Lisboa 2023.

Desarrollen 5 compromisos que Ud. asumirían según esos retos y preséntenlos en la clase.

Tiempo de exposición 10 minutos.

Aspectos a calificar:

Calidad expositiva 5 puntos.

Contenido acorde al tema 8 puntos.

Materiales y recursos utilizados 7 puntos. 


Tema 6: Itinerario de San Juan Bautista De La Salle 

 

    Contexto



        Texto

Itinerario San Juan Bautista De La Salle 

En este espacio se te invita a leer la biografía del fundador en el enlace compartido y que en un trabajo textual de toma de apuntes puedas ubicar los aspectos más importantes. En Dicha lectura se promueve a descubrir cada hito o cada momento fundante o espiritual que vivió el fundador San Juan Bautista De La Salle

Biografía de San Juan Bautista De La Salle

6.1 Línea del tiempo del Fundador

6.2 Línea del tiempo de su obra


Escucha este material con la Historia del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas.

Chávez Rojo, C. (2023) De La Salle y las Escuelas Cristianas. Recuperado en: https://www.youtube.com/watch?v=N0ZxzFbFLdA

6.3 Nuestro compromiso actual

Se presenta a continuación la canción: Compromiso lasallista, analiza su contenido y comprende sus puntos más importantes.

Compromiso Lasallista

El mundo está muriendo y la vida se nos va

si no actuamos ahora el futuro nunca llegará

ahora estamos juntos compartiendo una verdad

buscando soluciones para un nuevo mundo fabricar.

Y el sol saldrá, Dios nos guiará

los lasallistas debemos luchar

con compromiso y fraternidad.

Tomados de la mano y alumbrados por la fe

sigamos los caminos que nos lleven hacia Él

cantemos todos juntos y formemos amistad,

La Salle nos ha dado un ejemplo debemos amar

Y no abandonar, nuestro ideal

y escuchar al que grita piedad para así nunca fracasar.

Y el sol saldrá, Dios nos guiará

los lasallistas debemos luchar

con compromiso y fraternidad.


      Pretexto 

1. Elabora una línea del tiempo del Fundador

2. Elabora una línea del tiempo de la Historia de la obra del fundador

3. Escribiremos los 8 hitos más importantes de la vida de San Juan Bautista De La Salle en forma de un acróstico.


    Praxis 


Para la Salle, el compromiso y el servicio están ligados a la misma esencia de la espiritualidad. Por lo tanto se te invita a participar de la Campaña de Solidaridad en las fechas que programe la pastoral de tu colegio.


 

III Unidad

Saberes

Tema 1.  El calendario Litúrgico

Tema 2.  La Iglesia de Jesús                                                         

Tema 3. Iglesia y Evangelio

Tema 4. Construir Iglesia Hoy

Tema 5.  La experiencia lasallista de hacer Iglesia


Tema 1   El Calendario Litúrgico


    Contexto

El calendario litúrgico utiliza términos y medidas similares a los de un calendario típico. Sin embargo, el objetivo del calendario litúrgico es celebrar y comprender el misterio de Jesucristo y la espera de su regreso en la gloria. En cada año litúrgico, celebramos toda la vida y el misterio pascual de Jesucristo.



        Texto

Origen del Año Litúrgico

Las fiestas cristianas han surgido paulatinamente a través de los siglos. Estas nacen de un deseo de la Iglesia Católica de profundizar en los diversos momentos de la vida de Cristo. Se comenzó con la fiesta del Domingo y la Pascua, luego se unió Pentecostés y, con el tiempo, otras más. Los misioneros, al evangelizar, fueron introduciendo las fiestas cristianas tratando de dar un sentido diferente a las fiestas paganas del pueblo en el que se encontraban. Podemos compararlo con una persona que recibe un regalo con una envoltura bonita, la cual guarda y utiliza posteriormente para envolver y dar otro regalo. La Iglesia tomó de algunas fiestas paganas las formas externas y les dio un contenido nuevo, el verdadero sentido cristiano.

La primera fiesta que se celebró fue la del Domingo. Después, con la Pascua como única fiesta anual, se decidió festejar el nacimiento de Cristo en el solsticio de invierno, día en que numerosos pueblos paganos celebraban el renacimiento del sol. En lugar de festejar al “Sol de Justicia”, se festeja al Dios Creador. Así, poco a poco, se fue conformando el Año litúrgico con una serie de fiestas solemnes, alegres, de reflexión o de penitencia.

La liturgia es la manera de celebrar nuestra fe. No solo tenemos fe y vivimos de acuerdo con ella, sino que la celebramos con acciones de culto en las que manifestamos, comunitaria y públicamente, nuestra adoración a Jesucristo, presente con nosotros en la Iglesia. Al vivir la liturgia, nos enriquecemos de los dones que proceden de la acción redentora de Dios.

La liturgia es el conjunto de signos sensibles, eficaces, de la santificación y del culto a la Iglesia. Es el conjunto de la oración pública de la Iglesia y de la celebración sacramental.

Liturgia viene del griego leitourgia, que quiere decir servicio público, generalmente ofrecido por un individuo a la comunidad.

El Concilio Vaticano II en la “Constitución sobre la Liturgia” nos dice:

“La liturgia es el ejercicio del sacerdocio de Jesucristo. En ella, los signos sensibles significan y cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre y así el Cuerpo místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y sus miembros, ejerce el culto público íntegro".

La liturgia es la acción sagrada por excelencia, ninguna oración o acción humana la puede igualar por ser obra de Cristo y de toda su Iglesia y no de una persona o un grupo. Es la fuente de donde mana toda la fuerza de la Iglesia. Es la fuente primaria y necesaria de donde deben beber todos los fieles el espíritu cristiano. La liturgia invita a hacer un compromiso transformador de la vida, realizar el Reino de Dios. La Iglesia se santifica a través de ella y debe existir en la liturgia por parte de los fieles, una participación plena, consciente y activa.

Cada celebración litúrgica tiene un triple significado:

1. Recuerdo: Todo acontecimiento importante debe ser recordado. Por ejemplo, el aniversario del nacimiento de Cristo, su pasión y muerte, etc.

2. Presencia: Es Cristo quien se hace presente en las celebraciones litúrgicas concediendo gracias espirituales a todos aquellos que participan en ellas, de acuerdo a la finalidad última de la Iglesia que es salvar a todos los hombres de todos los tiempos.

3. Espera: Toda celebración litúrgica es un anuncio profético de la esperanza del establecimiento del Reino de Cristo en la tierra y de llegar un día a la patria celestial.

El Año litúrgico es el desarrollo de los misterios de la vida, muerte y resurrección de Cristo y las celebraciones de los santos que nos propone la Iglesia a lo largo del año. Es vivir y no sólo recordar la historia de la salvación. Esto se hace a través de fiestas y celebraciones. Se celebran y actualizan las etapas más importantes del plan de salvación. Es un camino de fe que nos adentra y nos invita a profundizar en el misterio de la salvación. Un camino de fe para recorrer y vivir el amor divino que nos lleva a la salvación.

Los Tiempos litúrgicos

El Año litúrgico está formado por distintos tiempos litúrgicos. Estos son tiempos en los que la Iglesia nos invita a reflexionar y a vivir de acuerdo con alguno de los misterios de la vida de Cristo. Comienza por el Adviento, luego viene la Navidad, Epifanía, Primer tiempo ordinario, Cuaresma, Semana Santa, Pascua, Tiempo Pascual, Pentecostés, Segundo tiempo ordinario y termina con la fiesta de Cristo Rey.

En cada tiempo litúrgico, el sacerdote se reviste con casulla de diferentes colores:

Blanco significa alegría y pureza. Se utiliza en el tiempo de Navidad y de Pascua

Verde significa esperanza. Se utiliza en el tiempo ordinario

Morado significa luto y penitencia. Se usa en Adviento, Cuaresma y Semana Santa

Rojo significa el fuego del Espíritu Santo y el martirio. Se utiliza en las fiestas de los santos mártires y en Pentecostés.

El Adviento es tiempo de espera para el nacimiento de Dios en el mundo. Es recordar a Cristo que nació en Belén y que vendrá nuevamente como Rey al final de los tiempos. Es un tiempo de cambio y de oración para comprometernos con Cristo y esperarlo con alegría. Es preparar el camino hacia la Navidad. Este tiempo litúrgico consta de las cuatro semanas que preceden al 25 de diciembre, abarcando los cuatro domingos de Adviento.

Al terminar el Adviento, comienza el Tiempo de Navidad, que va desde la Navidad o Nacimiento, que se celebra el 25 de diciembre y nos recuerda que Dios vino a este mundo para salvarnos.

La Epifanía se celebra cada 6 de enero y nos recuerda la manifestación pública de Dios a todos los hombres. Aquí concluye el Tiempo de Navidad.

El Primer tiempo ordinario es el que va de la fiesta de la Epifanía hasta inicio de Cuaresma. En el Primer y Segundo tiempo ordinario del Año litúrgico, no se celebra ningún aspecto concreto del misterio de Cristo. En ambos tiempos se profundizan los distintos momentos históricos de la vida de Cristo para adentrarnos en la historia de la Salvación.

La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y se prolonga durante los cuarenta días anteriores al Triduo Pascual. Es tiempo de preparación para la Pascua o Paso del Señor. Es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Es tiempo para la conversión del corazón.

La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Resurrección. En el Triduo Pascual se recuerda y se vive junto con Cristo su Pasión, Muerte y Resurrección.

El Domingo de Pascua es la mayor fiesta de la Iglesia, en la que se celebra la Resurrección de Jesús. Es el triunfo definitivo del Señor sobre la muerte y primicia de nuestra resurrección.

El Tiempo de Pascua es tiempo de paz, alegría y esperanza. Dura cincuenta días, desde el Domingo de Resurrección hasta Pentecostés, que es la celebración de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. En esta fiesta se trata de abrir el corazón a los dones del Espíritu Santo.

Después de Pentecostés sigue el Segundo tiempo ordinario del año litúrgico que termina con la fiesta de Cristo Rey.

El eje del Año litúrgico es la Pascua. Los tiempos fuertes son el Adviento y la Cuaresma.

Durante el Adviento, Navidad y Epifanía se revive la espera gozosa del Mesías en la Encarnación. Hay una preparación para la venida del Señor al final de los tiempos: “Vino, viene y volverá”.

En la Cuaresma, se revive la marcha de Israel por el desierto y la subida de Jesús a Jerusalén. Se vive el misterio de la Muerte y Resurrección de Cristo: “Conversión y meditación de la palabra de Dios”.

En el Tiempo Pascual se vive la Pascua, Ascensión y Pentecostés en 50 días. Se celebra el gran domingo: “Ha muerto, vive, ¡Ven Señor Jesús!

En los tiempos ordinarios, la Iglesia sigue construyendo el Reino de Cristo movida por el Espíritu y alimentada por la Palabra: “El Espíritu hace de la Iglesia el cuerpo de Cristo, hoy ”.

Los cambios de fechas en algunas fiestas del Año litúrgico.

El Año litúrgico se fija a partir del ciclo lunar, es decir, no se ciñe estrictamente al año calendario. La fiesta más importante de los católicos, la Semana Santa, coincide con la fiesta de la "pascua judía" o Pesaj, misma que se realiza cuando hay luna llena. Se cree que la noche que el pueblo judío huyó de Egipto, había luna llena lo que les permitió prescindir de las lámparas para que no les descubrieran los soldados del faraón.

La Iglesia fija su Año litúrgico a partir de la luna llena que se presenta entre el mes de marzo o de abril. Por lo tanto, cuando Jesús celebró la Última Cena con sus discípulos, respetando la tradición judía de celebrar la pascua - el paso del pueblo escogido a través del Mar Rojo hacia la tierra prometida - debía de haber sido una noche de luna llena. Hecho que se repite cada Jueves Santo.

La Iglesia marca esa fecha como el centro del Año litúrgico y las demás fiestas que se relacionan con esta fecha cambian de día de celebración una o dos semanas.

Las fiestas que cambian año con año, son las siguientes:

· Miércoles de Ceniza

· Semana Santa

· La Ascensión del Señor

· Pentecostés

· Fiesta de Cristo Rey

Ahora, hay fiestas litúrgicas que nunca cambian de fecha, como por ejemplo:

· Navidad

· Epifanía

· Candelaria

· Fiesta de San Pedro y San Pablo

· La Asunción de la Virgen

· Fiesta de todos los santos


      Pretexto 

Relata tus experiencias en cada momento litúrgico:

ADVIENTO

 

 

 

NAVIDAD

 

 

 

CUARESMA

 

 

 

PASCUA

 

 

 


    Praxis 

Usando su creatividad e imaginación elabore un calendario que incluya las etapas y fechas importantes de tiempo cristiano. Puede realizarlo en su cuaderno o en hojas, fotografiar y entregar en pdf en classroom. Si desea hacerlo en aplicaciones genialy, canva o similares también puede entregar en pdf o enlace.





Tema 2: La Iglesia de Jesús


    Contexto

El nombre de Jesús significa "Dios salva". El niño nacido de la Virgen María se llama "Jesús" "porque él salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1, 21); "No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (Hch 4, 12).

El nombre de Cristo significa "Ungido", "Mesías". Jesús es el Cristo porque "Dios le ungió con el Espíritu Santo y con poder" (Hch 10, 38). Era "el que ha de venir" (Lc 7, 19), el objeto de "la esperanza de Israel"(Hch 28, 20).

El nombre de Hijo de Dios significa la relación única y eterna de Jesucristo con Dios su Padre: el es el Hijo único del Padre (cf. Jn 1, 14. 18; 3, 16. 18) y Él mismo es Dios (cf. Jn 1, 1). Para ser cristiano es necesario creer que Jesucristo es el Hijo de Dios (cf. Hch 8, 37; 1 Jn 2, 23).

El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o invocar a Jesús como Señor es creer en su divinidad "Nadie puede decir: "¡Jesús es Señor!" sino por influjo del Espíritu Santo"(1 Co 12, 3).


        Texto

Jesús

Jesús quiere decir en hebreo: "Dios salva". En el momento de la anunciación, el ángel Gabriel le dio como nombre propio el nombre de Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión (cf. Lc 1, 31). Ya que "¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?"(Mc 2, 7), es Él quien, en Jesús, su Hijo eterno hecho hombre "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1, 21). En Jesús, Dios recapitula así toda la historia de la salvación en favor de los hombres.

En la historia de la salvación, Dios no se ha contentado con librar a Israel de "la casa de servidumbre" (Dt 5, 6) haciéndole salir de Egipto. Él lo salva además de su pecado. Puesto que el pecado es siempre una ofensa hecha a Dios (cf. Sal 51, 6), sólo Él es quien puede absolverlo (cf. Sal 51, 12). Por eso es por lo que Israel, tomando cada vez más conciencia de la universalidad del pecado, ya no podrá buscar la salvación más que en la invocación del nombre de Dios Redentor (cf. Sal 79, 9).

El nombre de Jesús significa que el Nombre mismo de Dios está presente en la Persona de su Hijo (cf. Hch 5, 41; 3 Jn 7) hecho hombre para la Redención universal y definitiva de los pecados. Él es el Nombre divino, el único que trae la salvación (cf. Jn 3, 18; Hch 2, 21) y de ahora en adelante puede ser invocado por todos porque se ha unido a todos los hombres por la Encarnación (cf. Rm 10, 6-13) de tal forma que "no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (Hch 4, 12; cf. Hch 9, 14; St 2, 7).

El Nombre de Dios Salvador era invocado una sola vez al año por el sumo sacerdote para la expiación de los pecados de Israel, cuando había asperjado el propiciatorio del Santo de los Santos con la sangre del sacrificio (cf. Lv 16, 15-16; Si 50, 20; Hb 9, 7). El propiciatorio era el lugar de la presencia de Dios (cf. Ex 25, 22; Lv 16, 2; Nm 7, 89; Hb 9, 5). Cuando san Pablo dice de Jesús que "Dios lo exhibió como instrumento de propiciación por su propia sangre" (Rm 3, 25) significa que en su humanidad "estaba Dios reconciliando al mundo consigo" (2 Co 5, 19).

La Resurrección de Jesús glorifica el Nombre de Dios "Salvador" (cf. Jn 12, 28) porque de ahora en adelante, el Nombre de Jesús es el que manifiesta en plenitud el poder soberano del "Nombre que está sobre todo nombre" (Flp 2, 9). Los espíritus malignos temen su Nombre (cf. Hch 16, 16-18; 19, 13-16) y en su nombre los discípulos de Jesús hacen milagros (cf. Mc 16, 17) porque todo lo que piden al Padre en su Nombre, Él se lo concede (Jn 15, 16).

El Nombre de Jesús está en el corazón de la plegaria cristiana. Todas las oraciones litúrgicas se acaban con la fórmula Per Dominum nostrum Jesum Christum... ("Por nuestro Señor Jesucristo..."). El "Avemaría" culmina en "y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús". La oración del corazón, en uso en Oriente, llamada "oración a Jesús" dice: "Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí pecador". Numerosos cristianos mueren, como santa Juana de Arco, teniendo en sus labios una única palabra: "Jesús".


      Pretexto 

¿Cómo eran las primeras comunidades cristianas?

El Papa Francisco destacó cuatro aspectos que podemos imitar de los primeros cristianos: “perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, hacían memoria del Señor a través de la fracción del pan, es decir, de la Eucaristía, y dialogaban con Dios en la oración”.

https://opusdei.org/es/article/papa-francisco-hechos-apostoles-primeros-cristianos-comunidades/


    Praxis 


Realizar un mural en grupos de 3 a 6 estudiantes donde inviten a la comunidad educativa a REFLEXIONAR sobre qué compromisos sociales, económicos, culturales, cristianos necesita nuestro contexto. En dichos murales pueden utilizarse imágenes para la sensibilización, frases, citas bíblicas, fragmentos de los documentos del Magisterio de la Iglesia y especialmente ilustrar la imagen de Jesús quien debe ser el centro de la vida de la Iglesia.



Tema 3: Iglesia y Evangelio 


    Contexto

“Desde entonces, el Evangelio sigue difundiéndose a través de los tiempos gracias a hombres y mujeres animados por el mismo fervor misio­nero. Por lo tanto, también hoy se necesitan discípulos de Cristo que no escatimen tiempo ni energía para servir al Evangelio. Se necesitan jóve­nes que dejen arder dentro de sí el amor de Dios y res­pondan generosamente a su llamamiento apremiante. . . os aseguro que el Espíritu de Jesús os invita hoy a vosotros, jóvenes, a ser portadores de la buena noticia de Jesús a vues­tros coetáneos Que cada uno de vosotros tenga la valentía de prometer al Espíritu Santo llevar a un joven a Jesucristo, como mejor lo considere." (S.S. Benedicto XVI, Mensaje con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud 2008.)

De esta forma, el Santo Padre presen­taba a los jóvenes la llamada de Dios a evangelizar en preparación para la Jornada Mundial de la Juventud, pero en realidad sus palabras se aplican a todos nosotros también. Les pedía que evangelizaran por lo menos a una persona para Cristo, aunque no dijo si eso quería decir antes de la Jornada Mundial, año tras año o durante toda la vida. Pero sin duda el Santo Padre coin­cidía con San Pablo en que es preciso que nos hagamos iguales “a todos, para de alguna manera poder salvar a algu­nos (1 Corintios 9,22).

En el artículo anterior propusimos algunos métodos prácticos para abrir las puertas al Evangelio: hacer una lista de personas, escuchar con sinceridad, pronunciar palabras de aliento y reali­zar actos de solidaridad y generosidad. En este artículo, daremos una mirada al mensaje del Evangelio propiamente tal y explicaremos la eficacia que puede tener un entorno de fe para ayudar a las personas a aceptar este mensaje.


        Texto

¿Qué es el Evangelio? La palabra evangelion que aparece en el original griego del Nuevo Testamento signi­fica buena noticia o buen mensaje. Esto quiere decir, en pocas palabras, que Dios envió a su Hijo único a librar­nos del pecado y abrir para los fieles las puertas del cielo, a fin de que unos días todos lleguemos a entrar por ellas. El Evangelio no es otra cosa que la his­toria de un Padre amantísimo, cuyo mayor anhelo es traer a todos sus hijos a la gloria de su morada. Es al mismo tiempo la historia del Hijo de Dios, que estuvo dispuesto a padecer incluso la muerte en la cruz para llevarnos de regreso al Padre. Es también la historia del Espíritu Santo, que desea transfor­mar todo corazón humano mediante el derramamiento del amor y la gracia divina.

Pero el mensaje del Evangelio no es solamente una historia de algo que sucedió hace dos mil años. En rea­lidad, tampoco es solo una historia; es una invitación. En el Libro de los Hechos, cada vez que alguien predica el Evangelio, la historia concluye con una llamada a responder. Es una llamada al arrepentimiento y a una conversión más profunda; es una invitación a apartarse del pecado y del pensamiento egocén­trico, para luego aceptar a Jesús y su promesa del Espíritu Santo. El mensaje del Evangelio es, en esencia, la realidad de Dios que nos tiende la mano y el gran privilegio que tenemos los humanos de poder recurrir al Altísimo y conocer su amor y la salvación que gratuitamente nos ofrece.

Una cultura del amor. Hay perso­nas que limitan el mensaje del Evangelio diciendo que lo único que se necesita para la salvación es la “fe en Cristo”, lo cual en un sentido es cierto. Es pre­ciso creer sinceramente que hemos sido salvados por la sangre de Cristo y no hay nada que sustituya este tipo de fe. Como lo dijo San Pablo: “Pues por la bondad de Dios han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No es esto algo que ustedes mismos hayan conse­guido, sino que es un don de Dios. No es el resultado de las propias acciones, de modo que nadie puede gloriarse de nada” (Efesios 2,8-9).

Pero la Escritura no habla sólo de este despertar inicial a la fe; sino de todo un estilo de vida, de una cultura cimen­tada en Jesús y en sus enseñanzas. Y ¿cuál es la esencia de esta cultura? La llamada a amarnos los unos a los otros como Cristo nos amó (Juan 13,34). Jesús nos redimió del pecado para que enmendáramos nuestra vida y llegá­ramos a ser más como Él, incluso en forma colectiva, como cuerpo. Su deseo más recóndito es que todos los fieles, es decir su Iglesia, crezcan cada día más y se perfeccionen hasta llegar a ser la her­mosa Novia que describe la Escritura (Efesios 5,25-27; Apocalipsis 21,2).

En el primer Pentecostés, los que aceptaron el mensaje de Pedro “fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas” (Hechos 2,41). Ese día nació la Iglesia y desde entonces ha seguido creciendo sin interrupción. ¿Cómo fue que se desarrolló? ¿Cuál fue la cultura predo­minante en la Iglesia que le permitió florecer, mientras fracasaban muchas otras sectas y grupos? Fue la cultura del amor mutuo y del compromiso de unos con otros. Los nuevos creyentes se reunían regularmente para aprender y estudiar las enseñanzas de los após­toles; celebraban la Eucaristía juntos y rezaban unos por otros; se preocupaban de ayudarse mutuamente en las necesi­dades de cada uno y eran generosos con los pobres y los necesitados (2,44-45).


      Pretexto 

Lectio divina, lectura del evangelio en Iglesia local

La Lectio Divina significa «lectura orante de la Palabra de Dios», es un diálogo con Él, que interpela nuestra vida.

Es un método de oración, que suscita un encuentro personal con Dios, una forma que nos enseña a leer, meditar y vivir la Palabra.

Cuando leemos un pasaje de la Biblia, éste nos invita a conocer a Jesús de un modo más personal, adentrándonos en su persona en las distintas circunstancias cotidianas; de este modo, nos ayuda a nosotros, aprendiendo de su vida, a responder a la nuestra, interpelando nuestros pensamientos, y nuestra manera de actuar.

El Papa Benedicto XVI nos recomienda esta antigua práctica: «la lectura asidua de la Sagrada Escritura acompañada por la oración permite este íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla, y a través de la oración, se le responde con una confiada apertura del corazón».

Orígenes y evolución

Esta forma de hacer oración, tiene sus raíces en las sinagogas judías, donde leer las Escrituras, su meditación y oración, eran enseñadas para comprenderlas mejor por los rabinos.

Algunos padres de la Iglesia, como Orígenes o Juan Crisóstomo, vieron la importancia de ello.

Fue de este modo desarrollándose entre los monasterios, convirtiéndose en un pilar importante dentro de la vida religiosa monástica.

Verbum Domini

Conocido es el beato Guigo, el Cartujo, quien estableció 1150 pasos básicos de la lectio como método de lectura bíblica, plasmándolo en una obra titulada «Scala Claustralium» (La escalera de los monjes).

En momentos posteriores, un nuevo impulso fue dado tras la publicación de la Constitucion dogmatica «Dei Verbum» del Concilio Vaticano II (18 noviembre 1965).

Impulso donde se nos invita a los fieles a leer asiduamente la Sagrada Escritura, considerándolo como una de las formas mas adecuadas para acercarse a Dios.

El Papa Benedicto XVI elaboró la Exhortación «Verbum Domini» sobre la Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia, con la intención de dar a conocer al pueblo de Dios la riqueza de la misma.


    Praxis 

Tema 4: Construir Iglesia Hoy 


    Contexto

Nuestra propia realidad eclesial es otra causa que puede estar favoreciendo la indiferencia religiosa.

En primer lugar, la imagen pública de la Iglesia no es muy atractiva para los jóvenes. Generalmente cuando aparece en los mass media, es en la figura del Papa o de algún mandatario vaticano. Es una dificultad para los jóvenes identificase con personas de edad avanzada. Por otra parte, los medios se hacen más eco de los temas polémicos, por ejemplo, los relacionados con la moral sexual, de modo que pocas veces encontramos un trato amable hacia la Iglesia. Todo contribuye a una imagen eclesial envejecida, carca, muy cerrada en sí misma.

En segundo lugar, la Iglesia tiende a ser identificada con la jerarquía y los curas. Aparece como un espacio fuertemente jerarquizado, donde hay poco lugar para la crítica y a la participación de otros. Un lastre importante es que aparece como un ámbito de discriminación para la mujer.

La Iglesia se muestra muy centrada en el culto y los sacramentos. Desde fuera, parece que en las iglesias sólo hay misas. Por otra parte, la Iglesia sigue utilizando como primer altavoz de su mensaje el púlpito, cuando hemos dicho antes que los jóvenes no van a misa. Por tanto, el exceso de palabra que puede estar dándose en la Iglesia no llega a los jóvenes o llega deformado, que es peor.

Encontramos en las parroquias comunidades muy envejecidas, con poca vida comunitaria y de fraternidad real, sin referentes atractivos para los jóvenes y donde ellos son un grupo muy minoritario. En estas condiciones se les hace muy difícil sentirse miembros.

Sobre todo en el campo de la sexualidad pero también en otros como la austeridad o la práctica litúrgica, se establece una gran distancia entre la doctrina oficial de la Iglesia y la práctica de los jóvenes, incluso la de los católicos practicantes.

Todo esto hace que la Iglesia ya no sea percibida por los jóvenes como instancia definitoria de lo que supone ser religioso, y son los jóvenes más religiosos lo que más creen que no es necesario pertenecer a la Iglesia para ser cristiano. Probablemente se debe a que los jóvenes no encuentran lo que buscan en la institución ni en la lectura que de la Iglesia se hace en los medios de comunicación social que llegan a los jóvenes.

Puede que el retrato que aquí se presenta no sea justo del todo, pero la gente que no está integrada en una comunidad parroquial tiene muchas veces estas impresiones. Habrá que atender a lo que hay de verdad en todo eso.


        Texto

Algunas de las características que presentan los jóvenes actuales también dificultan su vinculación eclesial:

 El rechazo a lo institucional: la Iglesia se entiende fundamentalmente como una institución, y por tanto, con los mismos defectos que todas las demás: ansia de poder, falta de libertad, encorsetamiento, intereses ocultos. El joven huye de todo esto.

Los jóvenes ponen gran énfasis en la libertad, que incluye la libertad religiosa y la vivencia personal de esta. Esto añade valor a las declaraciones de los que se definen católicos practicantes, ya que lo hacen con plena conciencia y libertad, y muchas veces posiblemente contra corriente.

Búsqueda de experiencias: el joven no busca conocimientos teóricos ni consejos sino experiencias personales. Ese es su medio de conocimiento: probar, sentir. ¿En la Iglesia favorecemos esto?

El joven es un ser gregario. Cada vez más necesita del apoyo de su pequeño grupo de amigos para hacer algo. Es difícil que un joven en solitario se acerque a la parroquia, a no ser que la presión familiar sea muy fuerte. Si el joven no encuentra en este entorno eclesial un grupo de iguales en quien apoyarse, durará poco.

La religión no forma parte de los centros de interés de los jóvenes, aunque en esto no hacen más que tomar el relevo a las últimas generaciones adultas. Ello nos remite de nuevo a los fallos en la socialización religiosa y a la falta de confianza en la Iglesia como institución. Sin embargo, aún es alto el porcentaje de los que se declaran religiosos, y lo sería más si en esta pregunta no se piensa en la religión católica, asociada a la institución.


      Pretexto 

¿Qué están pidiendo los jóvenes a la Iglesia?

Después de todo esto, ¿qué llamadas hacen los jóvenes a la Iglesia? ¿Cuál es la Iglesia que quieren los jóvenes para el futuro? ¿Qué implicaciones tienen estas demandas para los educadores cristianos y responsables pastorales? Esta es mi modesta opinión:

Fe y experiencia personal

Los jóvenes quieren fe basada en la experiencia personal, no un código de dogmas. Esto no es nuevo; se trata de recuperar aquello que proclaman los que se encuentran con la samaritana: “Ya no creemos por tus palabras, sino que nosotros mismos hemos oído y sabemos que este es verdaderamente el Salvador del mundo”(Jn 4,42). Por tanto, nuestros procesos de iniciación a la fe deben ser espacios que faciliten todas las condiciones que favorezcan un verdadero encuentro con Jesús resucitado. Yo destacaría dos aspectos importantes a potenciar.

La utilización de la «Pedagogía de la Vida y la Acción» como método educativo. Es la pedagogía que busca unir fe y vida, para lo cual parte siempre de la vida concreta del joven para pasarla por el tamiz del Evangelio y volver a la misma realidad en clave transformadora. Desde mi experiencia, esto es lo que está ayudando a los jóvenes a descubrir a Dios en su realidad, en el mundo, sacándole de las alturas en que muchos le sitúan. Herramientas como la lectura creyente de la realidad, la revisión de vida, el proyecto de vida cristiana o la campaña concretan este tipo de pedagogía. De esta manera, para el joven hablar de Dios se va convirtiendo poco a poco en hablar de situaciones concretas, de personas, de acciones, de vivencias.

La oración: es imprescindible la oferta de espacios de oración bien preparados, como retiros y pascuas juveniles. Encontrarse con el silencio para estos jóvenes es toda una aventura, ya que vienen de un mundo lleno de ruido. Necesitan una iniciación progresiva y paciente, pero suele tener mejores resultados de los que a veces cabría esperar. Para muchos, este tipo de espacios siguen siendo el momento de un verdadero encuentro con el Señor.

Participación

Los jóvenes quieren una Iglesia en la que sentirse protagonistas. Habitualmente el joven que llega a nuestros grupos es más tratado como objeto que como sujeto. Sobre él recaen nuestros esfuerzos, pero es fundamental que él se implique en su propio proceso educativo. La pedagogía de la Vida y de la Acción de la que hablaba antes arranca desde este presupuesto y por eso parte de la vida concreta del joven: de sus intereses, de sus deseos, de sus relaciones…

Ser protagonistas significa también poder participar. Esto se ve claramente en los jóvenes más adultos (de 23 años en adelante). Al principio, cuando se incorporan a la parroquia, por ejemplo en un grupo de Iniciación cristiana, no les importa que se lo den todo hecho. Pero en la medida que van creciendo en experiencias, sobre todo fuera de la Iglesia, y se van sintiendo más adultos, empiezan a darse cuenta de que en la parroquia no han madurado al mismo ritmo que en la sociedad civil. En esta se les exige ya responsabilidades importantes, pero en la iglesia siguen estando un poco en los márgenes; claro que se cuenta con ellos, pero muchas veces para hacer lo que a los mayores no les apetece.

Normalmente nos encontramos con unas parroquias muy movidas por inercias, más que por opciones; en las que siempre se recurre a los mismos a la hora de consultar decisiones; con algunas personas que se perpetúan en sus tareas (pensemos por ejemplo en las juntas económicas), cuando no aún monopolizadas por el párroco. Aquí hay una llamada a llegar a ser unas comunidades más corresponsables donde haya órganos efectivos y reconocidos donde ejercer esa responsabilidad. El joven que participa en alguna responsabilidad crece en implicación vital con la parroquia, se siente útil y valioso, miembro de pleno derecho. Encuentra en la parroquia así no sólo un ámbito de relación sino de maduración personal. A veces participar es algo tan sencillo como poder decir en voz alta lo que se piensa o se quiere, por ejemplo en el marco de una asamblea parroquial, pero estos gestos y espacios son muy importantes.

Decisión y «cultura democrática»

Ser protagonistas demanda también poder decidir. Viviendo en una sociedad democrática como viven, los jóvenes encuentran en la Iglesia una institución jerárquica que cuando quiere justificar su status dice que «es más que democracia». Pero esta expresión debería querer decir que al menos es democrática, no que se queda por debajo. Eso no significa que la estructura de la Iglesia no tenga sentido, pero sí que hay que dar más pasos para pasar de una Iglesia clerical en sus decisiones a una Iglesia del diálogo y la corresponsabilidad.

    Praxis 

El joven pide ser acogido como es: con su lenguaje, sus intereses, sus formas de hacer las cosas, sus opiniones. Esto supone muchas cosas, pero yo remarcaría el ámbito de la celebración como uno muy importante y necesitado. Cada vez se impone con más evidencia la necesidad de reformar nuestras celebraciones litúrgicas en lo que se refiere al lenguaje, a la participación, a la relación con la vida concreta de las personas. Y en esta tarea habrá que tener en cuenta a los jóvenes, aunque sin ser ingenuos: no se nos van a llenar las misas sólo porque pongamos una batería en lugar del órgano, pero algo es algo.





Tema 5: La experiencia Lasallista de hacer Iglesia  


    Contexto

La Salle fundamenta su acción educativa en la concepción cristiana de la persona y del mundo y participa de la misión evangelizadora de la Iglesia Católica. Asumimos el desafío constante de ofrecer un proyecto de evangelización donde el centro es la persona; el horizonte que lo orienta es Jesús y su Evangelio.

Escribe el contexto lasallista de hacer Iglesia en nuestra obra educativa:



        Texto

Propuesta cristiana y lasaliana

La Salle fundamenta su acción educativa en la concepción cristiana de la persona y del mundo y participa de la misión evangelizadora de la Iglesia Católica. Asumimos el desafío constante de ofrecer un proyecto de evangelización: el centro es la persona; el horizonte que lo orienta es Jesús y su Evangelio.

Al servicio de la niñez y juventud

La misión de la escuela lasaliana es la educación humana y cristiana de los niños y jóvenes, con una sensibilidad especial hacia aquellos que más lo necesitan. Esta preferencia nos viene del carisma lasaliano. La Comunidad Educativa Lasaliana se siente responsable de ofrecer las respuestas creativas más adecuadas a sus necesidades.

Al servicio de la sociedad

El Proyecto Educativo Lasaliano está al servicio de la sociedad.

Por ello, nos comprometemos en la construcción de una sociedad más justa y solidaria y desarrollamos una conciencia social crítica y comprometida en todos los miembros de la Comunidad Educativa. Queremos dar respuesta a las realidades sociales y ser elemento transformador de las mismas mediante la solidaridad y la promoción del voluntariado, en colaboración con otros organismos.

Toda Obra Lasaliana ejerce su acción educativa enraizada en la realidad, cultura, costumbres y tradiciones del lugar donde se ubica. Se ofrece como propuesta educativa, respetuosa con las convicciones personales; expresa su compromiso por la integración social de las personas de diferentes culturas y religiones que acuden a ella. Entiende la diversidad como elemento que enriquece a la Comunidad.

Las Obras Lasalianas quieren ser escuela para la vida. Por eso cuidan con especial esmero las relaciones con su entorno social, cultural, económico, eclesial y natural.

      Pretexto 

Dios escucha el clamor de los pobres, como una opción fundante del evangelio.


Preguntas para la reflexión y discusión

  • ¿Puedes pensar en alguien a quien conozcas cuya vida da testimonio de cómo Dios lo utilice para responder a los necesitados? ¿Qué características ves en la vida de esa persona?
  • ¿En qué lugares de nuestra sociedad crees que las voces de los pobres podrían estar clamando ser escuchadas de un modo especial en este momento?
  • Haz una lectura orante del Salmo 34. Cuando piensas en los pobres o afligidos de nuestro tiempo, ¿quiénes son? Sustituye sus nombres o rostros cuando lo leas una segunda vez, y eleva sus necesidades a Dios.
  • Lee la afirmación del amor de Dios que se encuentra en Isaías 49,15-16. ¿Qué obstáculos ponemos a veces en el recibir tal amorosa misericordia? 


    Praxis 

Realiza un informe sobre las acciones solidarias con los menos favorecidos que hemos realizado durante este año, ilustra con fotografías, narrativas, videos cortos, publicaciones web, entre otros.





Referencias Bibliográficas

Cabarrús, C. (2014) Programa de formación para laicos. Guatemala. Fuente:

www.bit.ly/3GKWTYY    

Cervantes Hdz., J. F. (2011). La espiritualidad lasallista. Una nueva dimensión para vivir. Monterrey, México: Editorial.

Creazilla Adn Clipart. Foto. (2022). Creazilla Adn Clipart. Obtenido de http://bitly.ws/wWPa Inspimundo. (24 de febrero de 2017).

El viaje del ADN. YouTube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=fknilBqJI5g

Díaz, C. (2022) Joven y fe actual. Blog. En: https://jovenyfeactual.blogspot.com/

Papa Francisco. (2015). Carta encíclica "Laudato Si" del Santo Padre Francisco sobre el cuidado de la casa común. Vaticano: No. 1,11 y 89.

PEREL. (2021)Programa de Educación Religiosa Lasallista. www.lasalleca.org

Vida, Esperanza y Verdad. (s.f.). Obtenido de ADN: el código de información de Dios: http://bitly.ws/wafh

Pimienta Prieto, J. H. (2012). Estrategias de enseñanza-aprendizaje: docencia universitaria basada en competencias (J. A. García Fraile, Ed.). Pearson Educación.


IV Unidad

Crecimiento humano, espiritual en clave de  identidad lasallista y compromiso social

Saberes:

Tema 1: Situaciones sociales que atentan contra la vida humana

1.1 La Vida Humana, lectura de fe

1.2 Compromiso del creyente

Tema 2. El impacto del Pensamiento Social de la Iglesia en la actualidad              

2.1 Doctrina social de actualidad

2.2 Iglesia circular

Tema 3.  Los problemas sociales desde el enfoque de la DSI

3.1 Lectura

3.2 Resumen

Tema 4. La Misericordia como camino de encuentro y ser sociedad

4.1 Fundamento bíblico

4.2 Propuesta de práctica cristiana

Tema 5.  Una Iglesia abierta al diálogo para construir un mundo de fraternidad

5.1 Importancia  de ser Iglesia abierta

5.2 Valor eclesial de la fraternidad



Tema 1: Situaciones sociales que atentan contra la vida humana






Contexto

COMPARACIÓN DE IMÁGENES










Texto

Conciencia social y económica

Cada día, vemos en los medios de comunicación y en las redes sociales diversas noticias y sucesos que tienen que ver con problemas graves de la sociedad actual. El hambre, la guerra, el cambio climático... son términos a los que desgraciadamente nos estamos acostumbrando. Son problemas que nos preocupan y sobre los que podemos actuar incluso con una pequeña contribución que, sumada a la de todos los demás, puede cambiar las cosas. Vamos a hacer un repaso a los 5 grandes problemas de la sociedad actual y sus consecuencias.

 

¿Cuáles son los problemas actuales de la sociedad?

El hambre

Según el último Informe mundial sobre las crisis alimentarias, en 2022 alrededor de 258 millones de personas en 58 países y territorios se encontraban en contextos de crisis con una inseguridad alimentaria aguda. El número de personas que requieren asistencia urgente en materia de alimentación, nutrición y medios de vida aumentó por cuarto año consecutivo en 2022. Esto supone un aumento de hasta el 22,7% con respecto al año anterior que el número era de 193 millones de personas en 53 países. “Más de 250 millones de personas se enfrentan actualmente a niveles agudos de hambre, y algunas están al borde de la inanición. Esto es inaceptable”, indicó el Sr. António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, en el prólogo del informe

La existencia del hambre se debe a dos factores fundamentales: los conflictos y los cambios que se producen en el clima. Los conflictos tienen multitud de efectos desde el punto de vista alimentario en los países que los sufren, sobre todo si se alargan en el tiempo. La situación se agrava cuando la vida de las personas depende de la agricultura y cuando se producen dificultades para acceder a los alimentos en los mercados.

La pobreza

Es otro de los grandes problemas actuales de la sociedad. Cuando se habla de pobreza, es algo que va más allá de la falta de ingresos y recursos para tener unos medios de vida sostenibles, es también un problema de derechos humanos. Entre las manifestaciones de la pobreza, están el hambre, la malnutrición, el acceso limitado a servicios básicos como educación o sanidad, o la falta de vivienda.

De acuerdo con las estimaciones del Banco Mundial, el 12,7% de la población mundial vive con menos de 1,9 euros al día. Durante casi 25 años, el número de personas que viven en la pobreza extrema disminuyó constantemente pero esta tendencia se interrumpió en 2020 con la llegada de la pandemia del COVID-19, los conflictos y el cambio climático.

Según el informe de la FAO, la recesión económica que deriva de los conflictos reduce el empleo y los ingresos y, por lo tanto, la capacidad de las personas para alimentarse. Así mismo, en el mencionado informe se sostiene que la reducción de la pobreza es más importante en países pacíficos y estables. De hecho, se estima que cada año de violencia puede ralentizar la disminución de la pobreza en un 1%.

La emergencia climática

Se calcula que cada año más de 20 millones de personas se ven obligados a abandonar su hogar y trasladarse a otros puntos más seguros debido al cambio climático. La emergencia climática provoca fenómenos meteorológicos extremos como ciclones, huracanes, lluvias torrenciales que provocan inundaciones o sequías extremas durante periodos de tiempo muy largos.

Esto nos afecta a todos pero, especialmente, a la población más vulnerable del planeta, bien sea por su situación geográfica como por no disponer de los recursos necesarios para tomar medidas para evitarlo. Desgraciadamente, los países que menos han contribuido a la aparición del cambio climático son los que más se ven afectados por él.

 

Los conflictos

Hoy en día hay cientos de conflictos y guerras activas por todo el mundo. Desde las más conocidas como la guerra en Ucrania hasta otras que no salen tanto en los medios de comunicación pero, que son igual de relevantes como la de Yemen, Siria o Sudán. Estos conflictos evidentemente no solo tienen consecuencias materiales sino humanas. Tener que huir de tu hogar sin nada implica que cambias de lugar, que afrontas el futuro con gran incertidumbre y que tu vida y la de tu familia pueden estar en peligro. Estas situaciones suelen generar, además, problemas que no son tan visibles como depresiones, ansiedad o miedo en los niños y niñas. La asistencia a los refugiados o desplazados internos, por lo tanto, no se puede centrar solo en satisfacer sus necesidades básicas de alojamiento y comida, sino que también debe extenderse a todas esas consecuencias menos visibles.

 

El racismo

La discriminación por razón de la raza es una de las causas que origina el desplazamiento de miles de personas en el mundo, las cuales se ven obligadas a abandonar sus hogares. Este tipo de discriminación tiene, además, otras variantes que se reflejan en la limitaciones o requisitos a los solicitantes de asilo, la denegación del acceso a los servicios públicos en condiciones de igualdad o la negación de la nacionalidad, la incitación al odio o los abusos verbales y físicos. El miedo a la diversidad o a las personas que vienen de otros países suele estar en la base de esta discriminación. Por lo tanto, los refugiados que se encuentran en estas situaciones necesitan una protección especial.

 

La violencia de género

La violencia de género puede ser otra de las causas de los desplazamientos forzosos. Supone un problema grave que pone en peligro la vida de las mujeres y las niñas, su integridad física y emocional y su desarrollo como personas. Por ese motivo, ACNUR las protege de forma especial para garantizar que reciban una asistencia integral. Y es que la mitad de la población refugiada y desplazada en el mundo son mujeres y niñas. Son ellas las que deben abandonar sus hogares, huir y exponerse a todo tipo de peligros durante el camino hasta llegar a un lugar seguro. Es importante, considerar que la violencia de género no es algo que solo afecte a la población refugiada sino también a mujeres de todas partes del mundo.

 

La consecuencia principal de estos problemas

Cada uno de estos problemas de la sociedad tiene una consecuencia principal es el desplazamiento forzoso de las personas. Actualmente, hay 110 millones de personas desplazadas en el mundo, una cifra que no para de aumentar año tras año debido principalmente a las guerras, al hambre y al cambio climático. Y es que todos estos problemas están totalmente relacionados unos con otros y la consecuencia siempre es la misma: personas huyendo de su hogar en busca de un lugar seguro.





 Pretexto 


Comenta en grupos de trabajo este video sobre la Doctrina Católica frene a los Problemas Sociales






 
Praxis

Redacta tu RESUMEN sobre las palabras del Papa Francisco en el DOCAT



Tema 2: El impacto del Pensamiento Social de la Iglesia en la actualidad 



Contexto


Conocer a fondo y saber cómo actuar y comprometerse en la vida pública es una tarea tanto imprescindible como compleja. La doctrina social de la Iglesia nos permite juzgar los cambios de nuestra sociedad a la luz de la fe y de la sensibilidad cristiana en temas tan complejos como la militancia política, el servicio al bien común, las participación en la sociedad y en la cultura, el compromiso en el mundo del trabajo y de la empresa, la acción contra la pobreza y la marginación…



Texto


Así es como el pueblo cristiano encuentra ayuda para discernir valores auténticamente cristianos en medio de una sociedad abierta y plural. Saber guiarse en medio de ese «mar» de opciones y compromisos es un aporte que podemos y debemos recibir de la Doctrina social de la Iglesia. Así lo recordaba Juan Pablo II a la hora de definir la misión de la Iglesia y de las comunidades en su tarea evangelizadora:»El cometido fundamental de la Iglesia en todas las épocas y particularmente en la nuestra – como recordaba en mi primera encíclica programática – es «dirigir la mirada del hombre, orientar la conciencia y la experiencia de toda la humanidad hacia el misterio de Cristo» (Redemptoris missio nº4).

Pero el reto más de fondo que busca la Doctrina social de la Iglesia en la actualidad es de carácter antropológico, rehacer la métafisica del «humanum», lo cual supone llevar ese descubrimiento a las relaciones humanas, a «la relación con el otro», en medio de una cultura individualista, desorbitadamente neoliberal y poco comprometida. El «ocuparse del otro» desde este horizonte es una tarea de profundo calado cristiano, no sólo social.

Otro de los ámbitos imprescindibles para asumir la doctrina social de la Iglesia es en vistas a vivir una educación en la verdad y en la caridad. Como bien dice Benedicto XVI tenemos que enfrentarnos en las cuestiones sociales a la siguiente pregunta: ¿qué significa « ser más »? Para ello la doctrina social nos dice que la verdad del desarrollo consiste en su totalidad: si no es de todo el hombre y de todos los hombres, no es el verdadero desarrollo, reto fundamental ante una sociedad cada vez más globalizada que nos hace más cercanos, pero no más hermanos ( miremos la realidad del Cuerno de África, de Haití..).

La doctrina social de la Iglesia es relevante para implantar la lógica del don en las relaciones económicas y sociales A la lógica del mercado, a la lógica del Estado, a la lógica de la propaganda y de la manipulación, hay que añadir -propone Benedicto XVI- otro modo decisivo de razonar y comportarse: la lógica del don. Y en la medida en que no lo hagamos así, nuestro mundo no se va a recuperar del todo mientras no cambiemos nuestro modo de pensar y nuestro estilo de vida, es decir, mientras no pasemos del esquema del egocentrismo a un planteamiento decididamente ético, hecho de generosidad.

Formar la conciencia social, para los cristianos y para la sociedad en general, es imprescindible para comprometerse especialmente con las personas empobrecidas, con los que no cuentan, los «descartados de la sociedad», desempleados, emigrantes……Mediante opciones concretas de solidaridad, a partir de una valoración negativa del enriquecimiento a costa de los pobres, renunciando explícitamente al camino del confort y del consumismo en favor de decisiones que provoquen la fraternidad.

El crecimiento en la fraternidad entre los miembros de una sociedad es así un aspecto esencial del desarrollo integral de la misma. Es fácil ver que, en cambio, tal crecimiento se ve dificultado cuando se quiere calibrar solo en términos materiales, ya sea del aumento del solo consumo, como dentro de estrategias de poder y enfrentamiento entre intereses contrapuestos.

La ayuda de la Doctrina Social de la Iglesia en la formación y animación de la conciencia social, es uno de los objetivos que tiene el Master de Doctrina social de la Iglesia como instrumento de formación.

El cristiano encuentra en la Doctrina social de la Iglesia principios de reflexión, criterios de juicio y directrices de acción que son la base para un humanismo integral y solidario. El Compendio de Doctrina social de la Iglesia (nº, 73) cita tres niveles y aportaciones de las Doctrina social de la Iglesia:

1.- La doctrina social da fundamento a las motivaciones;

2.- La doctrina social aporta de forma directiva normas del vivir social;

3.- La doctrina social ayuda a la conciencia a deliberar, a mediar las normas objetivas y generales en las concretas y particulares situaciones sociales.




Pretexto 

Descubre los valores de la Enseñanza Social de la Iglesia y porqué es importante:

¿QUÉ ES EL DOCAT?

VALORES

MIS RAZONES SOBRE LA IMPORTANCIA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




Praxis


CONVERSATORIO, video de motivación para el diálogo:

CONVERSAR SOBRE LA DOCTRINA SOCIAL



Tema 3: La misericordia como camino de encuentro y ser sociedad 





Contexto



































Texto


La misericordia es el núcleo del Evangelio y el núcleo de nuestra identidad como cristianos.

Jesús vino a manifestar la misericordia de Dios, y nos llama a seguirlo, practicando la misericordia para con los demás.

Él nos ha dicho: "Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso". Y nos dio su ejemplo, enseñándonos que nuestra misericordia debe expresarse en obras concretas de servicio.

Jesús alimentó a los hambrientos multiplicando los panes y los peces para las multitudes. Le dio el agua de la vida eterna a la samaritana. Visitó a los enfermos con su sanación. Se dedicó a proclamar la buena nueva a los pobres, la libertad a los cautivos y la nueva vida a los agonizantes.

En la parábola sobre el juicio final que se encuentra en el capítulo 25 del Evangelio de Mateo, Jesús nos dijo que la misericordia que tengamos para con los demás será la medida de nuestro amor a Dios.

Así debemos vivir los cristianos: como lo hizo Jesús, dando de comer al hambriento, dando de beber al sediento, vistiendo al desnudo, proporcionando un techo a los sin hogar, visitando a los enfermos, visitando a los presos y enterrando a los muertos.

La misericordia debe ser el estilo de vida de todo cristiano. A través de nuestras obras de misericordia, Jesús nos llama a abrir los ojos para ver a los demás como hermanos y hermanas y como imagen de Dios. Él nos llama a abrir nuestros corazones y nuestras manos para acoger y servir a los demás.

Nuestra misericordia debe ser generosa y personal. Por ejemplo, el hacer un donativo a Unidos en Misión es una manera de ayudar a cientos de niños y de familias de muchos sectores de toda la arquidiócesis.

Las obras de misericordia nos llaman a crear una cultura de encuentro y comunión.

También pueden extender una mano amiga a personas cercanas que están pasando por alguna necesidad, haciéndoles favores o pequeños actos de bondad y de amistad.

La misericordia es un deber personal de cada uno de nosotros. Pero la misericordia es también una responsabilidad política y social.

Las obras de misericordia nos llaman a crear una cultura de encuentro y comunión. Nos llaman a resistir y rechazar todas las tendencias de nuestra sociedad de marginar, dividir y excluir. Las obras de misericordia nos llevan a caminar con los demás y a trabajar por la dignidad humana y la justicia con el fin de que ningún miembro de nuestra sociedad sea considerado indeseable, y de que ninguna vida sea ignorada o descartada.





Pretexto 


Elabora en grupos de 5, un mural donde promuevas la práctica de las obras de misericordia.








Praxis





Tema 4: Una Iglesia abierta al diálogo para construir un mundo de fraternidad




Contexto

VIDEO CONTEXTUAL


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Mis 10 frases de Fratelli Tutti

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



Tema 5.  Una Iglesia abierta al diálogo para construir un mundo de fraternidad





Contexto

RESPONDE A LA PREGUNTA







Texto


Francisco en el Encuentro Mundial #NotAlone: La fraternidad, clave para construir un mundo de paz

El Papa recordó las palabras de Francisco de Asís, quien afirmaba que “el Señor está donde están tus hermanos”. En ese sentido, Francisco hizo hincapié en la necesidad de ver en cada persona a un ser humano con dignidad y respeto, en lugar de tratarla como un mero objeto. En un mundo marcado por la violencia y la guerra, el Papa subrayó que “solo una gran alianza espiritual y social que nazca de los corazones y gire alrededor de la fraternidad puede volver a poner en el centro de las relaciones la sacralidad y la inviolabilidad de la dignidad humana”.

Francisco enfatizó que la fraternidad no necesita teorías abstractas, sino gestos concretos y opciones compartidas que promuevan una cultura de paz. Instó a todos a reflexionar sobre qué gestos de fraternidad pueden realizar en sus vidas cotidianas, como reconciliarse con la familia, rezar por quienes nos han lastimado, ayudar a los necesitados y llevar palabras de paz a diferentes ámbitos sociales.

“No a la guerra”

El papa Francisco hizo un llamamiento a aplicar el bálsamo de la ternura en relaciones desgastadas, tanto a nivel personal como entre naciones. Enfatizó la importancia de proclamar un rotundo “no a la guerra” en nombre de Dios y de todos aquellos que anhelan la paz. Citando al poeta Giuseppe Ungaretti, el Papa recordó que la fraternidad es un bien frágil y precioso que puede ser la luz capaz de detener la noche de los conflictos.

El pontífice destacó que llamar al otro “hermano” no es una palabra vacía, sino un acto concreto que nos permite superar la idea de que somos hijos únicos en este mundo. Significa elegir trascender la lógica de los intereses personales y superar los límites de las diferencias culturales y étnicas. El Papa recordó la parábola del buen samaritano, resaltando que, a pesar de las diferencias y las hostilidades históricas, el amor y la compasión pueden prevalecer por encima de todo. El samaritano “se detiene con compasión ante el judío necesitado de ayuda. Sus culturas eran enemigas, sus historias diferentes, sus religiones hostiles entre sí, pero para aquel hombre la persona hallada en el camino y su necesidad estaban por encima de todo”.

El discurso del papa Francisco coincidió con la presentación de la Declaración sobre la fraternidad humana, elaborada durante el encuentro. El Papa expresó su gratitud y consideró que la declaración ofrece una guía efectiva para vivir y testimoniar la fraternidad en la vida diaria.

 

Declaración sobre la fraternidad humana

“Somos distintos, somos diferentes, tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz” (Papa Francisco). Cada hombre es mi hermano, cada mujer es mi hermana, siempre. Queremos vivir juntos, como hermanos y hermanas, en el Jardín que es la Tierra. El Jardín de la fraternidad es la condición de vida para todos.

Somos testigos de cómo, en cada rincón del mundo, florece la armonía perdida cuando se respeta la dignidad, se secan las lágrimas, se remunera justamente el trabajo, se garantiza la educación, se cuida la salud, se aprecia la diversidad, se resana la naturaleza, se honra la justicia y las comunidades aceptan la soledad y los miedos.

También puedes leer —  El papa Francisco pide hacerse cargo «de los que no tienen trabajo»

Juntos, elegimos vivir nuestras relaciones basadas en la fraternidad, que se alimenta del diálogo y del perdón que “no implica olvido” (Fratelli tutti, FT, 250), pero renunciando a “ser poseídos por esa misma fuerza destructiva” (FT, 251) que todos sufrimos sus consecuencias.

Unidos con el Papa Francisco, queremos reafirmar que “la verdadera reconciliación no escapa del conflicto sino que se logra en el conflicto, superándolo a través del diálogo y de la negociación transparente, sincera y paciente” (FT, 244).

 

Todo ello en el marco de la arquitectura de los derechos humanos.

Queremos gritar al mundo en nombre de la fraternidad: ¡Nunca jamás guerra! Es la paz, la justicia, la igualdad lo que guía el destino de toda la humanidad. ¡No al miedo, a la violencia sexual y doméstica! No más conflictos armados.

Acabemos con las armas nucleares y las minas terrestres. No más migraciones forzadas, limpiezas étnicas, dictaduras, corrupción y esclavitud. Detengamos el uso manipulador de la tecnología y de la inteligencia artificial, antepongamos el desarrollo tecnológico y abonémoslo a la fraternidad.

Animamos a los países a promover esfuerzos conjuntos para crear sociedades de paz, como por ejemplo la creación de un Ministerio para la Paz.

Nos comprometemos a purificar la tierra manchada por la sangre de la violencia y el odio, por las desigualdades sociales y la corrupción del corazón. Al odio respondemos con el amor.

La compasión, el compartir, la generosidad, la sobriedad y la responsabilidad son para nosotros las elecciones que nutren la fraternidad personal, la fraternidad del corazón.

Hacer crecer la semilla de la fraternidad espiritual comienza con nosotros. Es suficiente plantar una pequeña semilla cada día en nuestros mundos relacionales: nuestros hogares, barrios, escuelas, lugares de trabajo, plazas públicas e instituciones de toma de decisiones.

 

También creemos en la fraternidad social que reconoce la igual dignidad para todos, fomenta la amistad y la pertenencia, promueve la educación, la igualdad de oportunidades, el trabajo decente, la justicia social, la hospitalidad, la solidaridad y la cooperación, la economía social solidaria y una transición ecológica justa, una agricultura sostenible, que garantice el acceso a los alimentos para todos, con el fin de promover unas relaciones armoniosas, basadas en el respeto mutuo y el cuidado del bienestar de todos.

En este horizonte, es posible desarrollar acciones de proximidad y leyes humanas, porque “la fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad” (FT, n. 103).

Juntos, queremos construir una fraternidad ambiental, hacer las paces con la naturaleza, reconociendo que “todo está en relación”: el destino del mundo, el cuidado de la creación, la armonía de la naturaleza y los estilos de vida sostenibles.

Queremos construir el futuro en las notas del Cántico de las Criaturas de San Francisco, la canción de la vida eterna.

La trama de la fraternidad universal teje los hilos de los versos del Cántico: todo está en relación, y en relación con todo y con todos está la vida.

Por lo tanto, nosotros, reunidos con motivo del primer Encuentro Mundial de la Fraternidad Humana, llamamos a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a abrazar nuestro llamado a la fraternidad. Nuestros hijos, nuestro futuro solo pueden prosperar en un mundo de paz, justicia e igualdad, en beneficio de la única familia humana: solo la fraternidad crea humanidad.

Depende de nuestra libertad querer la fraternidad y construirla juntos en la unidad. Únete a nosotros firmando este llamado para abrazar este sueño y transformarlo en prácticas cotidianas, para que llegue a las mentes y corazones de los líderes y de aquellos que, en todos los niveles, tienen una pequeña o gran responsabilidad cívica.





Pretexto 


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Praxis


La praxis cristiana busca llevar a una comprensión del camino del cambio y un compromiso con la práctica de ese camino, en el contexto de la comunidad eclesial. Implica un compromiso con la vida plena para todos y con la práctica de relaciones sociales humanas y humanizadoras.

ELABORA UNA PROPUESTA SOBRE CÓMO SER FRATERNOS CON LAS PERSONAS MIGRANTES.









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